Page 314 - Todo César: Panorama de vida y obra
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El TEATRO COMO ExPRESIóN DE fE EN lOS vAlORES Quienes trabajamos a nivel intelectual y artístico por esos grandes cambios
NACIONAlES: ES POSIblE. ¿CóMO? y creemos en el arte como conformador del espíritu humano y social, tenemos
necesariamente que confiar en los instrumentos que manejamos y tener la
seguridad de que esos instrumentos —y en este caso, la literatura dramática y
No puede pensarse en un teatro como expresión de fe en los valores naciona- su consecuencia: el hecho teatral— han de contribuir, aun cuando sea en una
les sin dos premisas fundamentales, las cuales han de ser: primero, creer en el medida pequeña pero eficaz, a la concientización y a las motivaciones necesa-
teatro y en el conjunto de valores históricos-sociales que él contiene; creer en rias en el seno social, para coadyuvar a la consecución de esos grandes cambios
su función de manifestación de una conciencia social que es la vez conciencia que hoy más que nunca se hacen imperativos.
crítica de una sociedad históricamente determinada; lo segundo sería creer en Establecida, pues, una creencia en el arte como conformador del espíritu
los valores nacionales, en la vigencia de ellos, sobre todo tener un conocimiento humano y social, de actividad profundamente ligada al hombre, a su perfeccio-
lúcido de cuáles son esos valores y sus categorías de trascendencia histórica. namiento y a la afirmación de sus más altos ideales, cabe deducir claramente el
Últimamente, tanto en América Latina como en Europa y otros lugares, se han papel que desempeña, y cómo es el que da coherencia y más fuerte unidad histó-
elevado no pocas voces que niegan la vigencia y la función del teatro, que consi- rica a toda comunidad de cultura inherente a una nación. No puede haber una
deran casi inútil su acción en el público y que tienden a limitar su proyección. Tal comunidad de cultura en una nación si el arte en todas sus manifestaciones no
enjuiciamiento de la actividad dramática, se apoya en la consideración de que el expresa históricamente a esa nación; de allí que peligre su unidad y coherencia
teatro en diversas latitudes y por diferentes causas, no estudiadas ni analizadas nacionales si su comunidad de cultura es lesionada por cualquier intervención
a profundidad, cruza una etapa crítica que amenaza su existencia o que tiende o dependencia y si dentro de esa cultura se mengua o distorsiona o destruye la
a circunscribirlo a dos tendencias: un teatro para élites, cargado de intelectua- expresión artística propia, enraizada al desarrollo histórico de esa colectividad
lismo formal, de búsquedas y experimentaciones; y un teatro frívolo, adecuado nacional. Puede decirse que, de ocurrir eso, está en peligro todo el conjunto de
absolutamente al sistema y conformado como instrumento alienante capaz de su cultura y de su vida misma.
incluir al no pensar, o bien, acondicionado para excitar y propagar el hedonismo. Dentro de las expresiones artísticas de toda colectividad nacional es el teatro,
Vistas así las cosas, es natural que se propague el desaliento y crezca la idea por su polivalencia de contenido, el que con mayor propiedad y en forma más
acerca de su inutilidad e intrascendencia; lo cual establecería una incongruen- extensa e intensa la expresa; en él no solamente se manifiestan los valores funda-
cia en el seno de toda actividad teatral, por cuanto es difícil concebir una acción mentales de esa sociedad, sino que esos valores son utilizados como conciencia
creadora en la cual no se tiene fe y cuyas instancias finales resultarían inúti- crítica de ella y como motivadores para marchar hacia adelante y lograr mejo-
les. Esas voces y esas actitudes negativas ante la actividad dramática de nuestro ramiento, así como una humanización y una conciencia de universalidad cada
tiempo, no son sino el reflejo de un sistema decadente frente a un arte que ha vez más elevados. Para el logro de esto, quienes crean el teatro: autores, actores,
sido, es y ha de ser, como expresión de la vida misma, como expresión crítica e directores, técnicos y público, deben poseer el conocimiento y la creencia en sus
la sociedad, un arte profundamente vital y que conlleva toda la dinámica del valores nacionales y tener una jerarquización de esos valores, y del tal manera,
hombre y de sus sociedades. Las voces agoreras con relación a la presunta deca- poder apoyarse en ellos y aprovecharlos adecuadamente, y mediante la exalta-
dencia del teatro no solo tienden a confundir a este con todo el sistema, sino que ción estética, impactar y motivar a la colectividad hacia su propio conocimiento
soslayan la presencia en el de las luchas de clases, de las luchas ideológicas y de y con ello a la reafirmación de propósitos e ideales.
que, si por una parte puede expresar la porción caduca y estéril del conjunto de Llegamos, pues, a la conclusión de que solamente amando profundamente el
la sociedad capitalista actual, también puede poner de manifiesto la pujanza, la teatro, creyendo en su acción humana y social, por una parte, y conocimiento y
fuerza y los ideales nuevos de las grandes fuerzas sociales que procuran cambios jerarquizando los valores nacionales, por la otra, puede crearse una obra dramá-
y renovaciones profundamente estructurales. tica capaz no solo de expresar fe en esos valores sino también que esa creencia