Page 311 - Todo César: Panorama de vida y obra
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310 Selección de ensayos y artículos
ANOTACIONES ACERCA DEl CONCEPTO DEl ESPACIO el hombre de ese tiempo, el espacio era muy concreto, muy real y significaba, a
EN lAS ARTES PláSTICAS la vez que permanecía, movimiento. Él mismo, en razón de sus necesidades vita -
les, alimenticias, era nómada. Aun cuando podía estacionarse por determinado
tiempo en lugares donde la caza, principalmente, y la recolección de frutos le
De acuerdo con los testimonios plásticos que nos ha dejado, sobre todo en sus eran propicios.
pinturas rupestres, el hombre del paleolítico tenía una noción precisa, concreta La noción de un espacio ilimitado trascendía mucho más mediante su pensa-
del espacio que lo rodeaba. Contorno casi siempre hostil y que le presentaba en miento mágico, lo cual contribuía a darle mayor animación a su universo
todo momento múltiples y complejas interrogantes y no pocos misterios. Pero circundante, al que él dotaba de propiedades benévolas o maléficas, y sobre las
contorno que necesitaba conocer progresivamente y dominar para asegurar su que trata de actuar para neutralizarlas o para que le sean propicias, valiéndose
sobrevivencia. Conocimiento que iba efectuando, primero mediante la práctica, de ceremonias ejecutadas con su propio cuerpo y cuya motivación partía de su
y, luego, por la acumulación de datos trascendidos socialmente y que le permi- pensamiento mágico.
tían ir elaborando teorías y descubrir así algunas leyes de determinados fenó- Pero, debido a grandes cambios climáticos –retroceso de los hielos–, su espa-
menos. cio se modifica y también la flora y la fauna que lo animaban, de las cuales el
En su propio cuerpo, en las aguas fluyentes, en el mar, en el viento, descu- hombre paleolítico obtenía su manutención. Este debe entonces adaptarse a un
bre el ritmo y los principios fundamentales que lo conforman. La comprensión espacio, clima, fauna y flora distintos. Ya en su práctica ha descubierto leyes y
de la importancia del color en la naturaleza, de la animación y trascendencia principios de los cultivos y procedimientos para la domesticación de animales.
que él les proporciona a los objetos, lo conduce a usarlos primero y a recrear- Puede hacerse, entonces, sedentario, ubicándose en la orilla de los lagos o en los
los después. Igualmente le ocurre con el sonido: lo percibe, lo goza, lo disfruta deltas de los grandes ríos. Allí crea y construye su vivienda, cultiva y comienza
intensamente, penetra la raíz de sus leyes, logra el dominio de su uso y con él crea la sistemática domesticación y cría de animales. Entonces, al gran arte rupestre
música. Advierte igualmente la existencia de las proporciones, de las graduacio- de contenido mágico lo sustituye la artesanía y el objeto funcional de trabajo.
nes e intensidades, y se percata de cómo estas, unidas al ritmo, conducen a lo Con ello entra la época neolítica.
armonioso, uno de los componentes fundamentales de la belleza, ya advertida La obra de arte, así como los conceptos que la nutren, es dinámica y va
y disfrutada por él en la naturaleza. La posesión de esos conocimientos, unida a sufriendo cambios y alteraciones en la misma medida que se producen cambios
su sensibilidad y a su voluntad de crear y recrear, aptitudes estas formadas en él sociales profundos capaces de conmover y transformar estructuras. Pero la obra
históricamente, le permiten arribar a la acción creadora artística. de arte, al responder a las leyes de lo bello, trasciende tiempo y espacio, y aun
Este hombre del Paleolítico, que mediante la práctica y el trabajo procura el cuando continúe manteniendo referencias testimoniales de un tiempo y de un
dominio del espacio donde habita, ha percibido la animación vital de ese espa- pueblo dados, es su sustancia primordial la que la proyecta y le confiere esa tras-
cio y cómo el transcurrir actúa sobre aquel. Hay en su contorno una natura- cendencia.
leza móvil que él trata de aprehender, de dominar, y también un tiempo al cual Como lo anota Gordon Childe, el Neolítico, en relación con la época ante-
pretende trascender. Si observamos –y quizás aquí todos lo conozcamos– el rior, constituye una verdadera revolución. Al pensamiento mágico, vinculado
bisonte que corre, pintado en las cuevas de Altamira, advertimos de inmediato a la naturaleza real, concreta, lo sustituye aquel imbuido ya de sobrenaturali-
el propósito del artista mago, paleolítico, por capturar, por fijar el objeto móvil. dad: el hombre comienza a creer en deidades superiores e invisibles, con pode -
Igual propósito encontramos en las pinturas, casi grafismos, referidas a bata- res sobre los seres vivos, fenómenos y cosas. Al familiar muerto, que antes se
llas, a escenas de cacería o de actividades mágicas, concretamente el dibujo del abandonaba, ahora se le entierra, se le rinde culto y se da señalamiento a su
brujo o aquel asombroso de la recolección de miel. En todos advertimos la preo- tumba. Las nuevas relaciones de producción van amalgamando y fortaleciendo
cupación por plasmar un universo animado, y su propio cinetismo social. Para a la sociedad y predisponiéndola para profundos cambios naturales. El nuevo