Page 240 - Todo César: Panorama de vida y obra
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El compañero llegó en un alba colorida y rumorosa. esas intangibles relaciones entre el decir y el sentir, entre el movimiento profundo del
Las mujeres y los niños despertaron su asombro desteñido ser poético y su necesidad de comunicación; pero se le rechazaba como fórmula fría de
al sentir en sus carnes tostadas un roce blando de luz. expresión estructural, sin correspondencia alguna con las instancias poéticas internas. 35
¡El compañero llegó! Rengifo, observando los elementos de su realidad, logra una particular
¡Eran los pechos acercándose, comprendiéndose! manera de expresarse; su palabra cobra vida y se apropia del espíritu intangi-
¡El compañero era: la armonía total en su regreso! 34 ble del decir. Leamos una extraña pieza poética, una perla negra, rara beldad,
poema que compartí en una conversación telefónica con mi amigo, el ensayista
¿Qué nos quiere avizorar Rengifo en este cúmulo de versos? En un segundo Carlos Yusti, cuya opinión al respecto refiero: “… pero a pesar del vetusto ropaje
momento de este poema de tono elegíaco el compañero es incitado, como por clásico es un poema de una belleza precisa. Además, la música y ritmo le propor-
un destello, por “un roce blando de luz” emitido por “Las mujeres y los niños cionan vigor actual”:
despertaron su asombro…”, para dar cuenta al final: “¡El compañero llegó!”.
En este largo poema el autor nos anuncia, a partir del alba, el inicio de la vida; UNA HERIDA
la espiga es su siembra y su cosecha; la luz nos traslada al nacimiento de una era,
o bien de un ser o de la Patria. Al anunciarnos que “¡El compañero llegó!” nos Duéleme el corazón como la noche.
traduce, en este caso, la esperanza. Todo el recorrido del poema es una reflexión ¡Duéleme nuestro amor y mi tristeza!
y un viaje interior y exterior que realiza César. Desde su “Yo” nos acerca a sus ¡Duéleme presumir ya los adioses
vivencias, a los símbolos recurrentes en su obra: cielos azules, flores, arroyos, Y duélenme mis pasos y el regreso
la tierra, la alegría, la vida y la muerte; para concluir pide al interlocutor que a esa soledad de hielo y niebla
se curve, en un acto solidario de fe, donde siembre la esperanza solidaria de un que amarga, y sacrifica, y nos devasta!
cambio social. ¡Duéleme mi sangre como duelen
¿No habitan en estas imágenes los elementos esenciales de la composición esos bosques obscuros y quemados,
plástica en la obra de César?, a saber: el color, el ritmo, la apropiación de temas negados para el pájaro y la niebla
recurrentes –como el alba, la espiga… ¿No sentimos en estos versos los signos para la flor azul y el nido breve,
hechos palabras en su lenguaje teatral? Esta validez nos mueve a concluir que para el canto del aire y del rocío!
la obra cesariana, múltiple y autóctona, es alimentada por la maravilla de nues- ¡Duéleme esta noche y tu palabra
tro sincretismo cultural, cernido por la escritura y sensibilidad del autor en su amor, que ya me ha herido!
aporte integral a las artes. ¡Y quisiera olvidarla, mas no puedo
Y con ella prosigo como un ciego
Lo formal: unidad de criterio en la expresión que no mira el camino ni sus huellas! 36
Contra el desbarajuste formal, se predicó la contención y el equilibrio de la expresión. El No pretendemos agotarnos en la preceptiva academicista, ni crear criterios
verso libre –conquista inapreciable que apuntó generosa y audazmente con la vanguar- fuera de nuestro alcance, pero una lectura crítica y abierta que parta del análisis
dia– solo se admitía en función de la armonía fundamental del poema, que establece
35 J.R. Medina, op. cit., p. 218.
34 C. Rengifo. “Voces al compañero” (fragmento), Poesía reunida, op. cit., p. 34. 36 C. Rengifo, Poesía reunida, op. cit., p. 106.