Page 258 - Sencillamente Aquiles
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sencillamente aquiles


            destino: morirás a manos de tu propio hijo. Es decir, la ge-
            neración que viene llegará implacablemente a reemplazar
            la tuya, para que el mundo siga en marcha. Además te
            quitará tu trono, tu poder, y será el esposo de tu esposa.
            Y esa unión que hay entre Edipo y su propia madre es la
            que efectivamente se expresa en ese encuentro del joven
            como fuerza recién llegada al mundo, con el momento his-
            tórico en que va a vivir. La historia es ciertamente nuestra
            madre, pues de ella nacimos, y a la vez va a ser la madre
            de nuestros hijos. Esa unión, ese desposorio de Edipo con
            Yocasta es de alta significación desde el punto de vista del
            papel simultáneo, como digo, de la juventud como cria-
            tura y creadora de la historia. Y aquel epílogo tan terrible y
            trágico que tiene el desventurado Edipo, aquel arrancarse
            los ojos de desesperación e ir a buscar la paz y el silencio,
            eso fue lo mismo que de otra manera había hecho Layo, su
            padre, cuando cumplida su misión en el mundo partió en
            pos de su fin en Citerón. Así como Layo debió darle allí a
            Edipo su lugar, Edipo a su turno ha tenido también que ir
            a buscar su fin, una vez cumplido el destino histórico que le
            estaba señalado entonces, ya no como modelador ni como
            usufructuario de ese momento sino como su gran víctima
            y el elegido para sufrir el escarmiento de todos, pues la
            juventud tiene también en el mundo un papel redentor.
                La juventud es un estamento de la vida que surge de
            una manera casi milagrosa a un mundo donde ya todo está
            acomodado, donde todos tienen su lugar bajo el sol, donde
            cada uno está seguro de que con él ha terminado el pro-
            ceso de la civilización, cada cual está seguro de sí mismo
            y de su significación, y como atornillado a los intereses
            que lo han erigido en árbitro de la historia. Entonces, al
            brotar esa fuerza extraordinaria que encarna el joven, esa

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