Page 252 - Sencillamente Aquiles
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sencillamente aquiles


            desde Capernaum, donde residía Jesús corrientemente
            y donde se habían encontrado. Cuando Judas hubo con-
            sumado su traición por los treinta dineros, vino a ahorcarse
            aquí, al sur de Jerusalén, en un valle profundo y lúgubre que
            allí existe llamado el Valle de Hinnón. Allí también existen
            todavía los  vestigios de  un cementerio que  conmemoran
            aquel hecho funesto.
                En efecto, una vez que Judas hubo perpetrado ese
            hecho absurdo completamente de vender a un hombre tan
            importante por una suma tan pequeña, treinta dineros,
            menos de quince dólares de hoy (lo cual indica que no
            sola mente fue ambición del hombre ansioso de dinero lo
            que lo llevó a traicionar al Maestro, sino otros motivos que
            hacen de Judas un personaje misterioso). Judas sintió pro-
            fundo arrepentimiento cuando midió en toda su horrible
            significación lo que había hecho, y lo acosó el remordi-
            miento. Fue a devolver el dinero, a deshacer el negocio,
            y los que antes lo habían halagado, los que hábilmente lo
            habían utilizado como instrumento, los que en su bene-
            ficio capitalizaron la estupidez; el resentimiento de Judas
            para sus compañeros, los sacerdotes, los escribas, los fari-
            seos, lo rechazaron diciéndole: «Allá tú». Lo dejaron en la
            estacada; ya no les era necesario. Entonces, desesperado,
            arrojó Judas el dinero en el recinto del Templo; y como en
            aquella época no se podía usar el dinero que procediera de
            la venta de un hombre o de su muerte en fines de utilidad
            pública ni en gastos del Estado, entonces, con las treinta
            piezas de la plata maldita le compraron los sacerdotes a un
            alfarero un pedazo de tierra que se llamó Acéldama y que
            estuvo al sur de Jerusalén hasta los tiempos de las Cru-
            zadas. Cuando los caballeros de Europa fueron a saquear
            a Oriente se llevaron, como recuerdo de aquellos santos

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