Page 250 - Sencillamente Aquiles
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sencillamente aquiles
elegido compartiera con él aquellas que Goethe llamó «las
afinidades electivas». Llegó Jesucristo a ser, de tal manera,
una especie de gran aristócrata de las relaciones humanas,
allí donde lo vemos tan humilde (alguien decía que la hu-
mildad es la soberbia de los pobres); llegó a ser tan aristo-
crático en la selección de sus relaciones humanas, que a la
propia María su madre la rechazó en la fiesta de Caná, di-
ciéndole: «¿Y qué tengo yo que ver contigo, mujer?», como
quien dice: «tú no eres prójima mía». Y así mismo en otra
ocasión dijo: «¿y quién es mi madre, y quiénes mis her-
manos?». Sus hermanos para él eran los que estuvieran
vinculados a su personalidad por razones de simpatía y de
compenetración espiritual.
Por eso es por lo que uno ignora que Cristo no era el
único hijo de José y María. Cristo tenía varios hermanos,
hijos de José y María, varios hermanos carnales. Esos her-
manos fueron Jacobo, llamado Jácob entonces, que llegó
a ser Santiago cuando pasó a España a predicar el Evan-
gelio; hoy es el patrón guerrero de España. Se llamaba
Jácob en el Testamento, y le adicionaron el san cuando
lo consagraron los pueblos, empezando a llamarlo Saint
Iacob (en latín la jota, que reemplazó a la i, es reciente) y de
allí viene la forma que después adoptó su nombre, evolu-
ción de Saint Iacob. Y además tenía Cristo otro hermano,
de nombre José, y otro aún que se llamaba precisamente
Judas, que fue Judas Tadeo. ¿Por qué son tan escasamente
mencionados como hermanos estos personajes en las refe-
rencias a aquel con quien tuvieron nexo tan importante?
Cuando más, se les menciona como primos, aunque sus
hermanos es lo que eran ciertamente. Adelfos, dice refi-
riéndose al parentesco de ellos con Jesús la versión griega
de la Biblia; adelfos, que significa ‘hermanos’. Si hubieran
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