Page 221 - Sencillamente Aquiles
P. 221

DESCUBRIMIENTO DE LA CASA








              No hay de seguro entre las cosas inventadas, ninguna en
              que el hombre haya llegado a reflejarse tan exhaustiva-
              mente a sí mismo como en esa réplica casi perfecta de
              nuestro equipo vital que es, por definición, la casa. Aun
              sin considerarla en ese extremo de perfección funcional
              a que han podido llevarla los arquitectos, que a la vez que
              creaban como artistas pensaban como biólogos, la casa
              dejó de ser, hace muchos siglos, el puro refugio del hombre
              sobre la tierra para convertirse, con creciente precisión, en
              su más claro y minucioso retrato.
                  Para componer con otros productos de la civilización
              una imagen cabal de su precursor orgánico, sería preciso
              reunirlos a todos, como las partes separadas de un com-
              plicado mosaico, en una especie de mapa de las técnicas
              donde estuvieran representadas por orden de relación con
              el esquema original humano las máquinas de ver, las má-
              quinas de oír, las que proyectan el oficio de la mano y
              hasta esa fraganciosa máquina de comer que constituye
              la cocina. El hombre reprodujo en cada uno de estos in-
              ventos una aptitud particular de las muchas en que se ma-
              nifiesta la vida. Pero la vida misma, la vida compendiada
              en la totalidad de sus funciones, y por lo tanto en su emo-
              ción y en su drama, no reconoce otra imagen tan completa
              como la que compone la casa en su estructura visible y en
              su intimidad entrañable; en esa síntesis de técnica y de

                                        221
   216   217   218   219   220   221   222   223   224   225   226