Page 220 - Sencillamente Aquiles
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sencillamente aquiles
Claus participa con todos estos atributos del gran elenco
navideño que entre nosotros se embellece con la imagen
más tierna de la hagiografía cristiana, el Niño Jesús. San
Nicolás, castellanización de Santa Claus, es santo perte-
neciente a la rama ortodoxa del catolicismo. Griego de
origen, fue adoptado como personaje simbólico del espí-
ritu navideño por los holandeses. Los colonos que par-
tieron de Holanda para fundar la ciudad de Nueva York,
adornaron con su efigie el célebre barco Mayfair en que hi-
cieron el viaje; se lo aplicaron a la nave como mascarón de
proa. Así como Santiago es el patrón de nuestra Caracas,
el de la ciudad de Nueva York es ese anciano rozagante, el
simpático Santa Claus, circunstancia que hace de aquella
gran urbe una especie de capital espiritual o santa sede de
la tradición navideña.
Los aires finísimos de diciembre se ocupan ahora de
colorear con sus acuarelas de alegría las mejillas de la
ciudad, para la fiesta que ya enciende sus primeras estrellas
de juguete sobre el cielo venezolano. A toda prisa prepara el
Ávila su magnífica escenografía, compuesta para esta oca-
sión de nubes a lo Botticelli y suntuosa tapicería de esme-
raldas y crepúsculos. De un momento a otro se abrirán los
antiguos balcones de la montaña tutelar para que a ellos
se asome, como una reina modelada en fulgores de oro, la
Estrella de Belén, cuya significación como emblema de paz
y de amor para todos los seres, traduce la emoción venezo-
lana en palabras tan perfumadas de tradición y animadas
de fraterno impulso como «¡Felices Pascuas!».
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