Page 444 - Lectura Común
P. 444
La lectura común Lectura para impacientes
Marguerite Yourcenar
Memorias de Adriano
A la espera de que su corazón termine por asfixiarlo, Adriano
Augusto, emperador romano del siglo II de la era cristiana, que
viniera a la vida en España y regresara a la nada en Roma, escribe
una desaforada epístola al joven Marco (Marco Aurelio, futura
divinidad del imperio), en cuya lectura, regalo de prosa preciosa,
asistimos a la fulguración y el ensombrecimiento de quien fuera
dueño y señor del mundo conocido y de todo lo que en él se mos-
traba visible o invisible. Antes de convertirla en perfección, Mar-
guerite Yourcenar pasó varias décadas frecuentando museos y
sarcófagos y recitando verdades y conjeturas, hasta darle forma
literaria a la apariencia humana e ilusoria de un soldado lector,
poeta, filósofo, coleccionista de arte, estadista, civilizador y aso- [ 443 ]
lador, sensual y frígido, sibarita y austero, dispensador de mila-
gros y castigos, amoroso y solo, generoso y mezquino, fundador
de pueblos y desiertos, sensible con la flauta traversa y violento
con la espada heridora, pero, sobremanera, figura emblemática
del poder y la gloria sin mesura, a la que el lastimado corazón con-
vierte en frágil criatura terrestre. Tal vez importe menos la fide-
lidad histórica sobre la que se asientan las Memorias de Adriano
que la intromisión, en su espacio y tiempo verificables, de la medi-
tación acerca del ser y de su tiniebla, la belleza y su deslucimiento,
la plenitud y su ruina, propuesta a lo largo de esa prolongada
misiva, escrita por un dios terrestre que lobreguece.
Rómulo Gallegos
Cantaclaro
El llano es Florentino Coronado. Allá va, en el temblor de
la lejanía sobre su caballo, cruzando, yéndose de la realidad y el
Lectura comun heterodox 443 13/4/10 12:36:31