Page 354 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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354  Rafael Ramón Castellanos



                 que éramos ineptos. Las leyes conculcadas, atropellados todos los de-
                 rechos, despreciados todos los patriotas, considerados los que siempre
                 fueron amigos de la tiranía, y en fin colocado el capricho y todas las
                 pasiones en el lugar donde sólo debía residir la imparcialidad. Tal ha
                 sido la desgraciada suerte de Bolivia. Llevando su moderación hasta
                 un extremo, ocurrió a las vías legales. Los buenos ciudadanos procura-
                 ron tomar parte en las elecciones con el objeto de reformar los abusos.
                 De su parte el gobierno hizo los más grandes esfuerzos para sostenerse.
                 Abandonado de la opinión pública, cuando la razón le decía que dejase
                 el puesto honorablemente, usa del último recurso de los tiranos: la fuer-
                 za. Con la punta de sus bayonetas señaló los diputados precipitando así
                 el tiempo para que llegara la hora tremenda
                   la indignación popular. Llegó: conmovida la nación desde sus ci-
                 mientos, la caída fue espantosa.
                   Libre Bolivia de esa abominable dominación ha nombrado su
                 gobierno nacional y propio, resuelta a sostenerlo a toda costa. Ya
                 no quiere ser el patrimonio de persona, la colonia de otro estado
                 americano, la esclava de su política, el pedestal de sus aspiraciones
                 y aborrece el título de la hija querida. Bolivia habría reconocido un
                 padre si sacada de la esclavitud no se le encadenara de nuevo y se la
                 hubiese dejado disponer libremente de sus destinos y suerte. ¿Hija:
                 a la que se le ha dado una constitución por la fuerza? ¿Hija: la que
                 ha sufrido el orgullo de sus señores? ¿Hija: la que ha sostenido una
                 fuerte división, agotando sus tesoros y que ha recibido en cambio
                 las repetidas revoluciones y la inmoralidad de su ejército con su fatal
                 ejemplo? ¿Hija: a la que se ha humillado presentándola al mundo
                 como una nación degradada e incapaz de servirse de sus hijos sino
                 en asuntos los más pequeños? ¿Hija: pupila sin poderse emancipar,
                 cuando fue la primera que convidó al Nuevo Mundo a la gran rege-
                 neración política? Bolivia renuncia para siempre, una, mil y millo-
                 nes de veces a tal dictado. No tiene otra madre que la libertad, otros
                 hermanos que las naciones que obren por los principios de justicia
                 universal, ni más parientes que la razón.
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