Page 24 - Influencia de las mujeres en la formación del alma americana
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Teresa de la Parra  23 23

           hermanas de 20 a 30 años. Tres estaban graduadas y trabajaban en
           sus clínicas o en los hospitales con mucho éxito. Dos estudiaban
           todavía. Las cinco eran perfectamente correctas, muy bonitas, muy
           femeninas, y las tres doctoras ayudaban con su trabajo a los padres
           viejos y a las dos hermanas estudiantes. Su trabajo no las apartaba
           del matrimonio: dos de ellas tenían novios que recibían en su casa
           de noche según la clásica costumbre criolla. La diferencia de resul-
           tados entre esta educación y la educación tradicional que perdura
           allí, en la misma Habana en las clases pudientes, es, a mi manera
           de ver, muy notable. La “señorita bien” habanera, la rica heredera,
           jugadora de tenis y de bridge, vestida por Patou, propietaria de un
           automóvil que dirige ella misma, salida a veces de conventos y de
           medios muy austeros es en general preciosa, muy elegante, de trato
           fácil y encantadora, pero su cultura, sus condiciones de carácter y
           sobre todo su nivel moral, por falta de preparación adecuada a la
           vida moderna, es muy inferior a la de la muchacha disciplinada por
           el trabajo.
              Gabriela Mistral, quien vendrá quizás aquí en julio o agosto, me
           insinuó ese deseo en una carta en la cual llama por cierto a Colombia
           “lo más sano del trópico”. Gabriela hablará sin duda con mucho
           acierto de este tema palpitante que ella conoce mil veces mejor que
           yo, por ser militante en todas sus ideas. Era precisamente haciendo
           un paralelo detallado entre su vida y la vida de Delmira Agustini,
           las dos mejores poetisas americanas de nuestro siglo, con lo cual
           quería demostrar la redención y dignificación de la mujer por la

           independencia pecuniaria y el trabajo. Aunque muy brevemente
           quiero esbozar ese paralelo.
              Delmira Agustini, joven, bonita, genial, nacida en un medio
           burgués y austero, es el caso de la María Eugenia Alonso de I  genia
           llevado a la tragedia. Por la fuerza de la costumbre “toda mujer debe
           casarse”, se casa muy joven con el llamado buen partido. A los pocos
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