Page 29 - Influencia de las mujeres en la formación del alma americana
P. 29

28 28  INFLUENCIA DE LAS MUJERES EN LA FORMACIÓN DEL ALMA AMERICANA

             El cacique blanco, adoptado por completo al ambiente indio, no
          es, señores, una leyenda romántica, es un caso típico de conversión
          por milagros del amor femenino. El propio padre Las Casas, al
          elogiar la belleza de ciertas indias, cuenta hasta sesenta casadas con
          castellanos en la sola ciudad de la Vera Paz, y es muy elocuente y
          sumamente  conmovedora  la  historia  de  aquel  español  llamado
          Gonzalo Guerrero, quien por haber naufragado cuando la expe-
          dición de Nicuesa vivió ocho años entre los indios. Un compañero
          suyo llamado Aguilar que había logrado escapar regresó un día a la
          tribu con el dinero necesario para pagar el rescate de Guerrero y lo
          amonestó diciéndole que iba a perder su alma por vivir entre indios
          idólatras. Guerrero lo despidió diciendo (son las palabras textuales
          del cronista): “Hermano, soy casado, tengo tres hijos y tiénenme
          aquí por cacique cuando hay guerra. Idos con Dios que yo tengo
          labrada la cara y horadadas las orejas. Ya veis estos tres hijitos míos
          qué bonitos son. Por vida vuestra que me deis para ellos esas cuentas
          verdes que traéis”.
             Así pues en el pueblo de caneyes y bohíos, frente a los cocoteros
          y el mar mezclando el cacao a la vainilla o cociendo el casabe, las
          indias, tropicales Nausícaas, preparan junto con la cena del recién
          llegado el advenimiento de la época colonial, nuestra Edad Media
          criolla. Esa Edad Media tendrá por religión el culto casi inconsciente
          de la naturaleza. Ella, la naturaleza, catequiza a los nuevos bárbaros
          mientras estos catequizan a los indios. Sus catedrales góticas serán
          las ramas que en la fundación de las haciendas se irán alineando y
          levantando en bóvedas transparentes, musicales y altísimas. Dentro
          de ellas serán las bendiciones fecundas del cacao, el café, el banano,
          el algodón, el tabaco y la caña de azúcar. Como habrá bendición
          para todos, todos serán hermanos en la santa abundancia. Todos
          rezarán todos los días con el viejo don Juan de Castellanos su credo
          colombiano de conquistador agradecido (el mismo que repetí yo
   24   25   26   27   28   29   30   31   32   33   34