Page 368 - Fricción y realidad en el Caracazo
P. 368
ficción y realidad en el caracazo
en la cárcel era dantesco… ¡y así teníamos que transmitír-
selo a nuestros lectores! De lo contrario, el hecho quedaría
sepultado por el silencio oficial y la sociedad no podría va-
lorar esta tragedia en su justo peso. Publicamos casi medio
periódico lleno de fotografías, pero te puedo asegurar que
en ninguna se abusó de las víctimas ni del dolor de sus fa-
miliares. Fue una muy difícil y laboriosa selección, pero allí
estaban los hechos en toda su crudeza. Los lectores po-
dían tener una idea suficientemente clara de lo que pasó y
de la desesperación y el dolor de aquellos desafortunados
reos. Eso es lo que yo entiendo por «objetividad» en el pe-
riodismo: tomar partido, porque eres humano y tienes,
además, un compromiso social, pero fundamentalmente
darle al lector todos los elementos para que haga sus propios
juicios y saque sus propias conclusiones.
En síntesis, y la historia del periodismo moderno así lo
ha demostrado, la «objetividad» aséptica no solamente es
insuficiente para comunicar la noticia, es definitivamente
contraria a esa comunicación. Obviamente, durante el Ca-
racazo no hubo lugar para esa «objetividad» cartesiana. Es
más, ella hubiera sido un grave obstáculo para transmitir
los acontecimientos en su verdadera magnitud.
—¿Dónde queda entonces el viejo aserto: «los hechos
son sagrados, la opinión es libre»?
—Es cierto que los «hechos son sagrados», pero esos
hechos no pueden deslastrarse ni mutilarse de sus conse-
cuencias e implicaciones. Analizar estas desde el punto de
vista periodístico no es opinar, es aplicar los recursos de la
interpretación, lo cual, por cierto, tiene muy poco de «obje-
tivo» si a ver vamos. El periodismo interpretativo es, por así
decirlo, la expresión máxima del compromiso y la «toma de
partido» del reportero. Por ello es uno de los géneros más
368