Page 248 - Fricción y realidad en el Caracazo
P. 248
ficción y realidad en el caracazo
sumergida en la «sopa de formol» de las morgues; la ciudad
del Caracazo levantada con «cólera de plaza firme» frente al
«país infiel», en el que buscamos, buscan los familiares de
las víctimas, los «cuerpos y caras de los olvidados».
La crítica ubicó —¿clasificó?— a los escritores que
izan la bandera de los pueblos o escriben sobre sus vici-
situdes, en lo que se denominó literatura o poesía com-
prometida. Es una vieja discusión, pues toda poesía es un
compromiso, aunque es sabido que la academia se refiere
al compromiso social o ideopolítico. No es esta polémica
la preocupación de Osuna. Escribe desde su ser y su visión
del mundo; cree en una forma de hacer poesía, sin inge-
nuidad, con plena conciencia del lenguaje.
El poeta venezolano Alfredo Silva Estrada, Premio
Nacional de Literatura, a quien muchos críticos consideran
preciosista, reflexivo y contemplativo, prefiere hablar, en
lugar de la poesía o de la literatura de la violencia, de la
«violencia poética». Violencia presente en toda la poesía de
Osuna, violencia del verbo, del lenguaje que crea y em-
plea. Precisamente, en la misma página que El Nacional ti-
tuló «Todavía hay gente que sueña», el poeta Silva Estrada,
desde la humareda del Caracazo, escribió:
Cuando la violencia poética irrumpe es porque el poeta
siente en carne viva que, contra la pureza y la verdad de su
oficio, atenían la podredumbre y las falsedades que lo han
precedido. Necesita entonces reanudar y transmutar del pa-
sado las experiencias que él encuentra vivientes y, a la vez,
10
servirse de la agresión para que advengan formas nuevas .
10
Alfredo Silva Estrada, «Todavía hay gente que sueña», Papel
Literario de El Nacional, Caracas, 7 de marzo de 1989, p. 3
248