Page 124 - Fricción y realidad en el Caracazo
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ficción y realidad en el caracazo
con la apatía que signó la llamada «década perdida». El
pregonado «escepticismo posmoderno» se vio de pronto
rodeado de un estallido popular. Con el Sacudón que el
mundo conoció como el Caracazo, en 1989, concluía una
etapa de la vida nacional que en su aparente paz social y
política llevaba la procesión por dentro. Si el levantamiento
popular sorprendió a la clase gobernante; si la izquierda
no estaba en la parada cuando pasó el autobús de la revo-
lución, también esta vez la realidad fue a buscar a la litera-
tura a su aposento y a sacarla de allí. Algo estaba pasando
allá afuera y los escritores son curiosos por naturaleza, si
no entrometidos. Los periodistas ya estaban en el campo
de batalla. Las letras empezaron a plasmar la realidad.
¿O fue al revés?
No pretendemos, en lo absoluto, establecer compara-
ción alguna entre la literatura de la década violenta y la
que se generó a raíz del Caracazo. Aquella cubrió un de-
cenio y algo más, toda una etapa de la historia reciente del
país. Una generación dejó su juventud en ese proceso. Sus
efectos y consecuencias, además de políticos, marcaron y
afectaron a sus protagonistas, familiares y amigos. El Ca-
racazo, en cambio, duró una semana, aunque sus efectos
se hayan prolongado en el tiempo. Fue, como se le deno-
minó, un estallido, un Sacudón. Y a la literatura que lo
expresó bien se le puede calificar de letras de emergencia,
signadas por la conmoción y la inmediatez. Pero estas le-
tras tienen, en lo que se escribió entre 1960 y 1970, un
antecedente no solo temporal sino también temático. Ese
antecedente temático, otra vez en la historia de Venezuela,
es la violencia. Aquella, la del decenio de la guerra de gue-
rrillas, fue una violencia organizada, orientada en lo po-
lítico y sustentada en lo ideología. La del Caracazo fue
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