Page 109 - Fricción y realidad en el Caracazo
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earle herrera


              y Guasina, donde el río perdió las 7 estrellas (1969), de José
              Vicente Abreu, son novelas a las que hay que agregar un
              alto número de cuentos que narran los hechos y el tiempo
              de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. De estas obras,
              la que causó mayor impactó fue Se llamaba SN. Su autor,
              José Vicente Abreu, escritor y profesor de literatura, sufrió
              cárcel y tortura y vertió en la ficción novelada su dramá-
              tica experiencia y la de sus compañeros de infortunio. Su
              escritura se levantó como un muro contra el olvido de los
              procedimientos de la policía política de Pérez Jiménez, la
              Seguridad Nacional (SN). Así se llamaba: SN, dos siglas
              que marcaron una década de persecuciones y torturas. No
              es propósito ni objetivo de este libro hacer el registro de
              todas las obras publicadas sobre las dictaduras venezolanas.
              Tampoco el análisis literario de las mismas. La referencia
              a estas obras se inscribe en la necesidad de fijar los ante-
              cedentes de un tipo de literatura que, como el periodismo,
              se nutre y es motivada por la realidad, por los hechos que
              signan una época. En este sentido, el periodismo está en su
              elemento, y mediante sus distintos géneros, ofrece una ver-
              sión de la realidad. La literatura, en cambio, busca hacer
              una representación de esa realidad mediante la ficción.
              Aquí está el riesgo y el reto de quienes se propongan tal
              empresa: la verdad histórica debe encajar en la verdad li-
              teraria. Si esta última no se logra, por muy fidedignos que
              sean los hechos relatados, el intento resultará fallido.


                    La novela que lleva implícita una propuesta política
                    —ha escrito Mario Benedetti—, debe cumplir primero
                    con las leyes novelísticas. Debe existir primero como no-
                    vela, a fin de que ese nivel cualitativo sirva de trampolín



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