Page 106 - Fricción y realidad en el Caracazo
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ficción y realidad en el caracazo
literarias de un Guillermo Meneses, un Antonio Arráiz,
un Enrique Bernardo Núñez que, independientemente
de los hechos narrados, siempre tuvieron conciencia del
lenguaje y de la literatura como arte.
También la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1948-
1958) motivó la pluma de los escritores y la de sus víctimas
políticas. Como en el caso de Gómez, los diez años que
transcurren desde el golpe militar contra el presidente y
novelista Rómulo Gallegos en 1948, hasta la caída de la
dictadura en 1958, serán llevados a las letras tanto por los
luchadores contra el gobierno de facto como por escritores
de oficio y vocación. No es fácil para ningún escritor sus-
traerse de su entorno, mucho menos si este es un con-
texto de violencia que, quiera que no, siempre terminará
por afectarlo. Si la violencia no lo toca directamente a él,
a sus familiares o amigos, el régimen totalitario acabará
por herirlo en lo que le es más consustancial y profundo
(por no decir sagrado): su libertad de pensamiento y crea-
ción. Conocerá y padecerá la censura como forma más per-
versa de represión. Y si se trata de un escritor auténtico, por
y mediante la palabra buscará romper el cerco espiritual
que le tiende el poder. Burlarlo, derribarlo.
Las tiranías, los totalitarismos, las dictaduras dis-
paran más los resortes de la literatura que los gobiernos
que se suceden en el marco de la paz democrática. No es
una cuestión de morbosidad, sino del interés que generan
las tensiones, los conflictos humanos, la resistencia, la en-
trega, la lucha, el altruismo, las personalidades fuertes,
a veces psicopáticas, el heroísmo, «los gritos del silencio»,
la búsqueda de la libertad, el sueño y la esperanza. En
América Latina, después de la Independencia, la historia
del subcontinente es la historia de sus dictaduras. Todavía,
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