Page 197 - Encuentros descoloniales Memorias de la primera Escuela de Pensamiento Descolonial Nuestramericano
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Karina Ochoa   Desplazamiento en la miraDa:            197
                                 Muñoz  De los marxismos a los
                                      feminismos Descoloniales




           esfuerzo para hacer visible a las sujetas “otras” que no caben dentro del   EncuEntros
           marco de legalidad que estableció el occidente androcéntrico.
               Quizá está de más, nuevamente, señalar que lo postulado por las mujeres
           racializadas desborda las explicaciones marxistas, socialistas o liberales
           que atribuyen al ámbito doméstico, a la familia nuclear, al patriarcado, a la   DEscolonialEs:
           sociedad de clases o a la separación entre lo público y privado las condiciones
           por las cuales las mujeres (racializadas o no) son subordinadas. Aun cuando
           (como señala Raewyn Connell):
                                                                                   MEMorias
               El mundo colonizado proveyó de materia prima a los debates feministas
               metropolitanos sobre el origen de la familia, el matriarcado, la división
               del trabajo por género, el complejo de Edipo, el tercer género, la violencia
               masculina y la guerra, el matrimonio y el parentesco, el simbolismo   DE la
               de género y ahora, por supuesto, la globalización. Textos feministas
               fundamentales, como Psicoanálisis y feminismo, de Juliet Mitchell
               (1974), serían inconcebibles sin el conocimiento colonial sobre el que
               Engels, Freud, Levi-Strauss y otras figuras poderosas de la metrópoli   PriMEra
               construyeron sus teorías (Connell, 2015: 26).


               Así que este y otros debates nos obligan a pensar en la pertinencia
           (o no) del uso exclusivo de estas perspectivas, ya que nos remiten a     EscuEla
           ciertas dimensiones de las relaciones de subordinación entre hombres y
           mujeres (generalmente entre blancos/as o blanco-mestizos/as), pero no
           alumbra en los intersticios de las desigualdades por condición de raza,
           etnia, clase, orientación sexual, etcétera. Es decir, no dan pistas sobre las   DE PEnsaMiEnto
           desigualdades sociales vinculadas a la condición de género, raza, clase,
           etcétera, en realidades como las nuestras que están marcadas por una
           historia de racialización-colonial que sigue teniendo resonancia en las
           formas de organización social y estatal de nuestros países; y tampoco   DEscolonial
           apunta al requerimiento de “justicia social”, vinculado a los procesos
           históricos de exclusión y/o discriminación que desde hace más de
           quinientos años viven las poblaciones amerindias, afrodescendientes,
           mestizas racializadas y que actualmente se han convertido en graves   nuEstroaMEricano
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