Page 83 - El Reportaje, el ensayo
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El reportaje, el ensayo
                              qp Earle Herrera
             De allí lo acertado de Ortega y Gasset cuando define al ensayo como
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             “disertación científica sin prueba explícita” .
               La lírica entonación de que habla Humberto Cuenca; la frescura y
             espontaneidad señaladas por Chatelet; la prosa literaria que le asigna
             Gayol Fernández, sugieren la dimensión estética del ensayo. Quizás
             sea en este género donde se da un equilibrio más perfecto entre for-
             ma y contenido. Igual peso tiene lo que se dice y el cómo se dice. Se trata
             ciertamente del desenvolvimiento de una tesis, pero al mismo tiempo
             de la elaboración de una obra literaria. En este sentido –aunque por
             lo genérico esto puede decir mucho o poco– es válido el señalamiento
             de Pedro Díaz Seijas al definir al ensayo como “un género literario de
             creación” . Esto lo diferencia del tratado y de la monografía.
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               Género inconcluso. Ésta es otra característica que se le atribuye.
             Cuenca se cuida de las generalizaciones y dice “a menudo inconclu-
             sa”, al referirse al desenvolvimiento de la tesis. Efectivamente, el en-
             sayista, una vez planteada su tesis, mediante la reflexión, el análisis y la
             interpretación va dando una serie de elementos que la hacen cada vez
             más nítida para el lector. Al llegar a este punto, el ensayista considera
             innecesario enunciar una conclusión que está implícita en su exposi-
             ción y aquí es donde entra en juego la participación del lector. El es-
             critor procede en este caso como el pintor o el poeta que consideran
             necio e innecesario y a veces hasta ofensivo explicar su poema o su
             pintura. Lo importante es la participación del lector, inducirlo a tomar
             posición creativa, a aventurarse en ese “mundo penetrable y solitario”
             que es el ensayo, a tomar parte en el proceso del juicio que designa
             Lukács. De allí que se considere al ensayo como un género abierto,
             cuya conclusión dependerá también de cada lector. Sin embar go, son
             muchos los ensayistas que, sin que se resienta su obra, exponen sus
             conclusiones, redondean sus puntos de vista o cierran su discurso con




             9    Citado por Ireneo Martín Duque y Mariano Fernández Cuesta. Géneros literarios. Madrid, Edi-
                 torial Playor, S. A., 1973, p. 61.
             10   Pedro Díaz Seijas. El fuego de la palabra. Caracas, Cuadernos de la Asociación de Escritores Vene-
                 zolanos, 1977, p. 141.
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