Page 69 - El Reportaje, el ensayo
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El reportaje, el ensayo
                              qp Earle Herrera
             superficial, sensacionalista y amarillista. Pero la crisis económica de 1929,
             el crack de la Bolsa de Nueva York, hicieron estrellar la locura y el frenesí
             contra una realidad dura y preocupante. El público empezó a reclamar
             explicación a la prensa, a exigir interpretación de los fenómenos y a bus-
             car más y mejor información sobre lo que estaba sucediendo y acerca
             de las cosas que le afectaban. Es la hora del periodismo interpretativo,
             como respuesta a las exigencias y necesidades informativas de un público
             desorientado y confuso. La Segunda Guerra Mundial y los avances cientí-
             ficos y tecnológicos, así como la emergencia de un público cada vez más
             exigente, terminarán por consolidar este tipo de periodismo.
               Si los años locos del decenio de 1920 sirven de marco al sensacio-
             nalismo y al amarillismo, los turbulentos años de 1960 –cuatro déca-
             das más tarde– estremecerán la conciencia profesional de un gran nú-
             mero de periodistas y escritores norteamericanos, no sólo en cuanto
             al contenido de las informaciones sino también en el plano formal.
             Dentro de este contexto aparecerá, recibiendo descargas desde distin-
             tos flancos, el Nuevo Periodismo.
               Esta corriente periodística no ocultará su deuda con la novela rea-
             lista y con la literatura en general. Se armará con los recursos y técni-
             cas de ésta para presentar los fenómenos y los hechos con ambición
             estética y, al mismo tiempo, con apego a la realidad, sin invención ni
             tergiversación. El periodista será no sólo testigo sino también actor de
             los sucesos, así como un personaje más de la narración informativa. Y
             llega aún más lejos: meterá en el lío al lector, al introducirlo en el diá-
             logo de los personajes o en las situaciones relatadas. Será como el tiro
             de gracia al viejo caballo de batalla de la objetividad.

               Los vientos  de  los años sesenta  trajeron  estas  tempestades:  la
             guerra de Vietnam, los movimientos hippies, la rebelión de los gue-
             tos negros, la contracultura, la alucinación psicodélica, la permisivi-
             dad sexual, las mani festaciones pacifistas y el mundo de las drogas,
             estremecie ron las bases de la sociedad norteamericana. Por los aires
             voló el american way of  life.
               Los nuevos periodistas se dieron cuenta de que había que meterse
             hasta el fondo en el barro para poder entender lo que pasaba, pero

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               z colección warisata
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