Page 71 - El Reportaje, el ensayo
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El reportaje, el ensayo
qp Earle Herrera
Al saltar de los periódicos y revistas a los libros –y la industria edito-
rial puso inmediatamente en funcionamiento sus mecanismos de ab-
sorción–, un grupo de escritores, ante la violación de lo que Wolfe,
citando a Orwell, denomina “las convenciones de Ginebra del pensa-
miento”, no sólo se pusieron alerta sino que entraron al ataque califi-
cando a los nuevos periodistas de pseudoescritores. Pero desde el frente
interno del periodismo también se desató la ofensiva, ubicándoles en
una especie rara de reporteros denominada paraperiodistas. Así, el Nue-
vo Periodismo era para los escritores “simple periodismo” y para los
periodistas que no comulgaban con esa nueva manifestación, se tra-
taba de “literatura”. Polémica y calificativos que, al parecer, divertían
enormemente a Tom Wolfe, quien recoge algunos pasajes de la misma
en su libro, como quien colecciona trofeos.
Pero el Nuevo Periodismo era una realidad, cuyo estudio llegó a las
escuelas universitarias de periodismo y se empezaron a escribir algunos
libros sobre la nueva modalidad periodística, así como artículos en dia-
rios y revistas. De igual manera en las páginas de la gran prensa, aunque
en forma incipiente, empezó a penetrar el “virus” del Nuevo Periodismo
y el señor Wolfe se dio cuenta que “…a la gente le gustaba parodiar mi
estilo, (y que) hacia 1966 las parodias comenzaron a llegar en tromba” .
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Así fue.
Decir que el Nuevo Periodismo no es nuevo, no es descubrir algu-
na verdad porque sus mismos representantes y propugnadores así lo
reconocen. Y si no lo hicieran, no resultaría difícil demostrárselo. A
Truman Capote no le agradaba mucho la etiqueta de Nuevo Periodis-
mo para su exitoso y excelente libro A sangre fría y prefería llamar a su
obra “novela de no-ficción”. Del periodismo de ficción y del reportaje
novelado ya hablaba Humberto Cuenca en 1961, en Imagen literaria del
periodismo. Reportajes autobiográficos y testimoniales (pienso en Julius
Fucik y su Reportaje al pie del patíbulo y en John Reed y Diez días que estre-
mecieron al mundo y México insurgente) se realizaron desde hace tiempo. Lo
nuevo estaría, entonces, en recoger esos antecedentes excepcionales y
4 Ibíd., p. 36.
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z colección warisata