Page 47 - El Reportaje, el ensayo
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El reportaje, el ensayo
                              qp Earle Herrera
             Francia, etc. En lo que a Venezuela corresponde, aquí no hay un con-
             cepto oficial de reportaje ni los criterios sobre el mismo son uniformes.
               No está en nuestro ánimo ni es el objetivo de este trabajo registrar
             y discutir las muchas definiciones que sobre el reportaje se han enun-
             ciado, sean ellas acertadas o erróneas. A riesgo, sí, de caer en lo que
             Barthes denomina “víctima de una crítica filosófica de la definición” ,
                                                                           3
             concebimos a este género periodístico como la relación integral de un
             hecho o acontecimiento, luego de ser investigado, analizado e inter-
             pretado rigurosa y exhausti vamente, ubicándolo en una perspectiva
             que permita comprender el todo y las partes y su interrelación, así
             como sus causas y consecuencias.
               Se podría señalar que esa definición corresponde al reportaje in-
             terpretativo y que existen otros tipos de reportaje. Ello es cierto pero
             asimismo creemos que la interpretación debe ser condición imprescin-
             dible de toda forma de expresión periodística en la sociedad de hoy.
             Se ha de tener en cuenta igualmente que una definición nunca abarca,
             cubre, expresa totalmente al objeto que define, sobre todo en el campo
             de las ciencias sociales. Las definiciones son enunciados que señalan las
             características generales y propias de un determinado objeto de estudio.




             Partida de nacimiento

             No es ocioso buscar el origen de las cosas pero sí resulta difícil que los
             investigadores se pongan de acuerdo a la hora de extender la partida
             de nacimiento de cualquier manifestación cultural. El tiempo, borran-
             do y confundiendo pistas, juega con la ancestral curiosidad del hom-
             bre, pero el espíritu lúdico de éste, su afán por conocer y descubrir
             lo llevan a aceptar el reto. Todo descubrimiento es una posesión y
             un deslumbramiento. En la medida en que el ser humano conoce el
             origen de algo se siente más dueño de su destino. Que ningún cabo
             quede suelto, el hombre quiere conocerlo todo.


             3    Roland Barthes y otros. Escribir… ¿Por qué? ¿Para quién? Caracas, Monte Ávila Editores,
                 1976,  p. 30.
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               z colección warisata
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