Page 9 - El primer tutor de Bolívar
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[Arístides Rojas] EL PRIMER TUTOR DE BOLÍVAR

            Como el licenciado tenía que asistir con frecuencia a los tribunales,
          dejaba  casi  siempre  a  Simón  encerrado  en  la  sala  alta  de  la  casa,
          como castigo que le imponía por sus repetidas faltas; pero como los
          niños, por traviesos que sean, inspiran siempre conmiseración a las
          madres, sucedía que la esposa del licenciado, apiadándose de Simón,
          le hacía llegar al prisionero, por una de las ventanas, y ayudada de
          una vara larga, pan y dulces, encargándole que de ninguna manera,
          la comprometiera con su marido. Al regresar el tutor, la primera
          pregunta que hacía a la señora era la siguiente:

          — ¿Cómo se ha portado ese niño?


          —Ha estado tranquilo –contestaba la señora.

          En seguida subía el tutor a la sala de detención, abría la puerta y ponía
          en libertad a Simón.


          —Sé que te has portado muy bien durante mi ausencia –decía el licen-
          ciado al pupilo. Saldremos, por lo tanto, a pasear esta tarde.


          — ¿A qué debo esto? –pregunta Simón.

          —A los informes de mi señora.


          —Qué buena mujer es su esposa, don José Miguel –replica Simón, ani-
          mado de gratitud.

          —Sí, sí, muy buena, porque te apadrina y consiente –replicó el
          licenciado.

          —Ja, ja, ja –contesta el pilluelo, riéndose a sus anchas.
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