Page 113 - El cantar del Catatumbo
P. 113
HACIA CORO
Hospitalarios como pocos los venezolanos. Así como
Pedro Ruiz me albergó en su casa, otros me la entre-
garon a corazón abierto: Enrique Hernández D’Jesús,
Adhely Rivero, Livio Delgado, Ramón Palomares,
Gabriel Jiménez Emán, Orlando Pichardo. Sin olvidar
los brindis con Luis Alberto Angulo, Hermes Vargas,
Reynaldo Pérez So, todos poetas de primer agua. Como
Gonzalito Ramírez y Katyuska Loreto, un par de án-
geles combativos y soñadores, gente que ha vivido el
pulso más inmediato de la revolución, trabajando al
lado de Chávez. Pero volvamos a las casas.
Hablaré de algunas de ellas. La de Orlando Pichardo
y Magda Sivira, en Barquisimeto, era solo de ellos, hasta
que yo les expropié un hermoso divisadero donde de
noche devanábamos versos con esta pareja de poetas
desmesurados y generosos. Allí, en un muro quedó mi
112