Page 109 - El cantar del Catatumbo
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Por eso el camino está lleno de matanzas, [de
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               lo que devora
               siempre es vertical
               el gavilán
               el zamuro

                      que sube igual que humo.


               El llano está quieto. En un punto.
               Como el caimán mirando
               extiende su infinitud.


               Y ni las aves pueden huir del poniente,

               se vuelven parte de un jamás,
               tal esas tropas de vacas blancas
               que llevan en la carne
               su fantasma.


               Solo lloviznoso
               pierde sus distancias

               y ahí, sí, brillan
               y son altares
                         los árboles,






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