Page 107 - El cantar del Catatumbo
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En el Puente Marisela (llamado así por un personaje
de Rómulo Gallegos), paramos en una gallera. Hoy no
hay riña, afición encarnada en estos lugares, donde la
naturaleza se mueve con una subrepticia violencia.
Se ha restituido por un instante la calma en el llano.
Un pájaro camina sobre el lomo de un caimancito som-
noliento (aquí se llaman babillas). En un madrejón
cercano un potro patea la lama verde para poder beber,
buscando el otro llano clandestino en el agua, mientras
riela la luz que vino a llevarlo a sus infinitos.
Estos son los espacios de Doña Bárbara, cuyo per-
sonaje real era una mujer tosca, fuerte y aindiada que
se supo llamar Francisca Vázquez de Carrillo. La tumba
de Pancha Vázquez, dicen que fue violada buscando los
muchos reales que escondía.
Manuel Abrizu, recupera en uno de sus trabajos, unos
versos que en su tumba rezan como epitafio:
Del río nacida
y por el río ignorada,
crisálida plegó sus alas
y cerró sus ojos
antes que el sol
la ayudara a nacer.
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