Page 111 - El cantar del Catatumbo
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Es Villa de Cura una ciudad pequeña de casa co-
            loniales con balcones de metal, casi palco de teatro de
            los que brotan, amilagrándolos, sus mujeres bellísimas.
            Cerca duerme, brillando, la laguna de Tacarigua, pueblo
            joven crecido de la vertiente de las poblaciones origi-
            narias que habitaban junto al lago y de cuya presencia
            datan testimonios desde 1547.
               Nos cuenta Modesto Emilio Guerrero, en su libro
            Chávez el hombre que desafió a la historia, que en ella
            surgió como caudillo Ezequiel Zamora, con sus tropas
            federales y que “en esta estratégica ciudad centralizó
            su poder la administración más larga y sólida que tuvo
            Venezuela: la de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez,
            entre 1899, y la muerte del segundo en 1935”. También
            fue en los cuarteles de Maracay donde se alzaron los
            insurrectos del 23 de enero de 1958.
               En sus barrios pobres y cuarteles, sobre todo en su
            principal plaza de Aviación, se concentró la resistencia
            cívico-militar al golpe de Estado del 11 de abril de 2002.
            El día 13 de abril estaban alistados miles de soldados y
            civiles para marchar a Caracas. Hora después desem-
            bocaría en la insurrección caraqueña que dio al traste
            con la ridícula “dictadura”, entre la noche del 13 y la
            madrugada del 14 de abril de 2002. Fue de Maracay
            desde donde salieron los soldados y oficiales al mando de
            Hugo Chávez para deponer al presidente Pérez en 1992,




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