Page 91 - El Estado Docente
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nos pretenden hacer creer, carácter anticonfesional o confesional,
             sino que con ello realiza una función propia, que no puede discutír-
             sele hoy día, función de mayor trascendencia que la de regulación de
             los precios o la fijación de tarifas, porque se relaciona directamente
             con su permanencia y estabilidad como organización y porque de
             ella depende la seguridad y expansión espiritual, su crecimiento
             como nación y el respeto de los otros componentes de la comunidad
             internacional. Regularizar precios puede ser función transitoria en
             momentos de escasez. La dirección y control de la educación ha de
             ser permanente, por tratarse de una necesidad de siempre, ya que
             ésta debe considerarse, según afirmación de un eminente educador,
             “como una función natural en proceso de vida para la coordinación
             y defensa de la nación que el Estado representa”.
                Se dirá que en esta forma el Estado se resta una colaboración
             valiosa; pero tal afirmación carece de fundamento, porque el
             Estado no renuncia a esa colaboración sino que la solicita y la esti-
             mula, pero condicionándola, sin embargo, a sus necesidades y a las
             conveniencias de la colectividad, de la cual es árbitro y defensor;
             necesidades y conveniencias que están por encima de las conve-
             niencias particulares de personas o de grupos.
                Por otra parte, tal condicionamiento no lesiona los intereses de
             los educadores, pues si éstos lo son de verdad, sus objetivos no pue-
             den ser diferentes ni estar en contraposición con los de la colectivi-
             dad, ni mucho menos sufren lesión los de los educandos, que gra-
             cias a la intervención del Estado no pueden ser desorientados sino
             educados para servir mejor en un mundo de intereses cruzados y
             contrapuestos que han de ser resueltos mediante un criterio de com-
             prensión y armonía sociales, producto de una educación de sentido
             humano, que la visión limitada de conveniencias momentáneas es
             incapaz de suministrar. Además, si como dije antes, la libertad de
             enseñar no es sino expresión de la libertad de trabajo, de la libertad



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