Page 79 - El Estado Docente
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La educación democrática es gratuita y obligatoria; tiende a
dar a los ciudadanos igualdad en las oportunidades para alcanzar
todos los grados y ventajas que corresponden a los ciudadanos en
una democracia.
La educación es gratuita porque al Estado le interesa que el
progreso de cada ciudadano repercuta en la colectividad total. Es
obligatoria, en su doble aspecto: para el Estado, que por ello está en
el deber de crear el número de institutos suficientes y dotarlos, para
poner a los ciudadanos en condiciones de recibir la educación; y es
obligatorio para el ciudadano recibirla, porque, como dije al prin-
cipio, el ciudadano no puede entrabar el libre desenvolvimiento de
su colectividad resistiéndose a educarse.
Esto nos lleva a otro aspecto del problema: la educación de éli-
tes y la educación de masas. Podría preguntarse si la nuestra es una
educación democrática y si estamos en capacidad de administrar una
educación para el pueblo entero, es decir, si nosotros estamos admi-
nistrando una educación de masas. Este problema fue suscitado por
mí en la Octava Convención Nacional del Magisterio, celebrada en
la ciudad de Valencia en agosto de 1943, y a la cual me referí al prin-
cipio. En esa Convención concluía en que nuestra educación tiene
defectos que vician su tendencia democrática, y señalan que el
Estado venezolano no dio nunca a la educación la importancia y la
prestancia que requiere para convertirla en una educación de masas,
en una educación verdaderamente popular. Nuestra escuela tiene
tendencia popular porque nuestros maestros son demócratas, con
señaladas excepciones y porque está organizada en forma tal que a
nadie se le cierran las puertas de la escuela. Existen fallas que tien-
den a desvirtuar esa tendencia, ya que no hay un número suficiente
de escuelas para todo el que las necesita; porque la capacidad eco-
nómica del educando restringe la asistencia a la escuela. Un niño
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