Page 43 - El Estado Docente
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que aumentar los desniveles sociales e impedir el ascenso gradual
             de la población a estadios más altos de cultura y bienestar. No se
             trataría de promover la reforma de un ciclo de enseñanza, sino de
             reorganizar todo el proceso educativo en una sola escuela de once
             años, donde la secundaria aparezca como una continuación del pro-
             ceso de formación de la niñez en la adolescencia.
                Ya el sociopedagogo brasilero Fernando de Azevedo indicaba
             “que la solución no está ni podrá estar en reformas fragmentarias o
             parciales”. Para este educador la educación es considerada como un
             todo, razón por la cual el esfuerzo debe estar dirigido a “comprender
             y definir el tipo de educación que conviene a la sociedad actual y a
             hacer circular para todas las escuelas, en todos los grados y en todas
             las categorías, la misma filosofía y la misma política de educación”.
                Podría parecer exagerado que cuando todavía no se ha alcan-
             zado el nivel de educación primaria para todos los niños en edad
             escolar, se proponga una escuela de mayor duración. Pero mi punto
             de vista es que el camino debe estar abierto para todos y que el desa-
             rrollo social y económico que producimos, debe posibilitar una
             organización social y política en que una distribución más racional
             de las riquezas no coloque como polos de tensiones inconciliables,
             de una parte a los que todo lo tienen y de la otra a los que no tienen
             nada. La educación media, más que la educación primaria, debe
             proponer el entrenamiento y la formación del tipo de hombre pro-
             ductor y consumidor que el proceso de industrialización creciente
             está determinando porque con ello se alcanza también una demo-
             cratización creciente, a la vez que el ascenso a niveles de compren-
             sión en un mundo de justicia e igualdad.
                Cabe insistir en que los términos “productor” y “consumidor”
             no están identificados con lo que se conoce como la sociedad de
             consumo. El “buen productor” debe tener formación suficiente
             para entender que su trabajo tiene alcances sociales y sirve para


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