Page 35 - El Estado Docente
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cios a la persona y a la comunidad entera. La escuela primaria, cre-
             cida dentro de la comunidad como un órgano de su expresión, debe
             despertar el espíritu de comunidad, mediante el cual el alumno
             aprende en la cooperación con otros que es un miembro activo de un
             núcleo mayor del cual recibe beneficios y al cual debe servicios.
             Mediante el desarrollo de ese espíritu la escuela primaria debe
             fomentar el respeto de las normas de la convivencia, que es ley de la
             comunidad. Pero la escuela como órgano de ésta, si bien da cabida a
             la educación de los niños, está obligada a extender sus influencias
             sobre todas las personas que forman el núcleo donde la escuela se
             desarrolla. Con éste y para éste debe trabajar en la creación de ese
             espíritu solidario y de servicio a que me he referido antes.
                Pero esto supone una organización que tiene por norte la justi-
             cia y hace de la escuela un centro para fijar conciencias capaces de
             realizarla. Si, como veremos más adelante, la escuela es órgano de
             expresión de una clase dominante que para perpetuar sus intereses
             tiende a conformar los espíritus dentro de normas de sumisión, la
             obra educativa se verá limitada dentro de los patrones que le fijan
             quienes explotan el trabajo ajeno en su propio beneficio. En una
             sociedad regida por patrones de una economía de explotación
             correspondería formar en los hombres la conciencia crítica de la
             liberación, pero esta tarea se realiza muy limitadamente en la es -
             cuela, tal como está organizada, porque se la consideraría subversi-
             va. Sólo es posible educar para la libertad en un mundo liberado. Se
             plantea entonces la alternativa, no de cambiar la educación sino de
             cambiar la sociedad existente por otra más humana, más justa, sin
             explotados ni explotadores, pero ello es labor previa o concomitan-
             te en la cual estaría comprometido el pueblo entero.
                Planteada esta cuestión sustancial, corresponde analizar la ubi-
             cación de la escuela. Al abordar estas circunstancias, surge el pro-
             blema de la escuela urbana y de la escuela rural, como dos formas


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