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98 Ecosocialismo l Andrés Bansart
Verdaderos imperios industriales protegidos por leyes y admi-
nistraciones de los países hegemónicos —especialmente Estados
Unidos— tratan de imponerse a las poblaciones de todo el planeta.
En muchos países se siembran actualmente, en millones de hectá-
reas, plantas genéticamente modificadas que producen su propio
insecticida o aguantan fuertes dosis de herbicidas. Una vez cose-
chadas, las plantas así transformadas entran directamente en los
circuitos alimenticios humanos. Otro modo aún más frecuente de
introducir los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) en la
cadena de alimentación humana es mediante el uso de éstos en los
alimentos destinados a los animales (que los seres humanos comen
o de los cuales comen productos como la leche, la mantequilla, los
quesos o los huevos).
Un OGM es un organismo vivo creado de manera artificial por
un laboratorio mediante la modificación de un organismo existente.
Las actuales técnicas genéticas permiten sacar uno o varios genes
de un organismo (virus, bacteria, animal, planta u otro) e insertarlo
en el patrimonio genético de otro organismo.
Lo que se llama también la “transgénesis” sobrepasa así de lejos
las técnicas tradicionales de mejoría de las variedades agrícolas
(cosa muy positiva). Da la posibilidad de franquear la barrera de
géneros y especies, y permite producir “nuevos” organismos vivos
hasta ahora desconocidos en la naturaleza.
El comportamiento de estos nuevos organismos vivos en el
ambiente natural es totalmente imprevisible. Una vez que la conta-
minación genética está engendrada, ésta es irreversible e incon-
trolable. Además, el cultivo de plantas transgenéticas permite a
algunas grandes empresas multinacionales controlar la producción
de la alimentación de toda la humanidad mediante las patentes que
poseen sobre las semillas OGM.
Desde luego, todo este siniestro asunto tiene una relación —una
vez más— con el sistema capitalista que sigue amenazando el planeta
y a la humanidad. La empresa Monsanto, para citar solamente un
ejemplo, posee hoy el noventa por ciento (90%) del monopolio sobre las
semillas transgenéticas cultivadas en el mundo y no vacila en llevar