Page 33 - Del Tradicionalismo a la Modernidad
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nismos están controlados por el país capitalista más poderoso -
los Estados Unidos de Norteamérica - ello no cambia nada a su
carácter de préstamos o créditos condicionados. A parte de que
tienden a agravar el endeudamiento de las naciones periféricas y
acentuar la salida de divisas siempre al "servicio" de la deuda, o
sea, su cancelación con intereses, es cuantitativamente superior a
las sumas que ingresan al país, las potencias acreedoras con-
dicionan sus préstamos o créditos a través de los institutos credi-
ticios mencionados, obligando al país deudor a que se abstenga
de adoptar políticas de desarrollo que vayan en contra de los
intereses capitalistas internacionales.
6) La exportación de utilidades. El capital extranjero invertido en
países sub-desarrollados está acostumbrado a percibir una tasa
de utilidades no solo algo superior, sino enormemente superior, a
la que puedan esperar en su propio país de origen. Ganancias
netas hasta del 30 ó 40 por ciento anual no son nada excepciona-
les. Esas ganancias eran exportadas en su mayor parte, y toda
tentativa del país sub-desarrollado interesado, de gravarlas con
impuestos de cierta importancia, es resistida o saboteada por
todos los métodos imagínables. Al mismo tiempo, se engaña a la
opinión pública internacional, clasificando las inversiones que tan
altas ganancias proporciona, como si formasen parte de la
"ayuda" al desarrollo.
7) La industrialización dependiente. Desde la segunda guerra
mundial en adelante, el imperialismo económico ha extendido sus
tentáculos más allá de su campo de acción tradicional, que era el
de los recursos naturales, las materias primas, el comercio
exterior y las comunicaciones. Se constituyeron las grandes
compañías transnacionales que hoy dominan con sus capitales y
su tecnología no solo los mencionados sectores de las econo-
mías de los países dependientes, sino también el proceso de in-
dustrialización o de diversificación económica de los menciona-
dos países. La sustitución de importaciones en los países
capitalistas sub-desarrollados, en lugar de ser un instrumento de
liberación económica en manos de una burguesía nacional y pa-
triótica, se ha convertido en un proceso denominado por el capital
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