Page 21 - Marx Populi
P. 21

Miguel Mazzeo - Marx populi


           todas las cuestiones, sino porque no tenemos derecho a desconocer que ellos
           se asumieron y actuaron como un sólido equipo de investigación e interven-
           ción política). Las Obras Completas de Marx-Engels (el MEGA 2 –Marx-Engels
           Gesamtausgabe 2–) cuya edición está en curso, ocupará ¡114 tomos en 122
           volúmenes! Además, se trata de volver a leer a Marx, para traerlo de regreso
           con nosotros a enfrentar los dilemas y conf ictos del presente: no se trata de
           encontrar soluciones en Marx, sino de buscarlas con Marx. Su obra no es un
           monumento a reverenciar sino un work in progress al que se debe frecuentar
           como una cantera o, mejor aún, un obrador o galpón de trabajo. En esos 122
           volúmenes hay de todo: libros editados y reeditados corregidos y con nuevos
           prólogos, innumerables artículos periodísticos dispersos en diarios y revistas de
           muchos países, centenares de cuadernos manuscritos y más de cinco mil cartas
           sobre los más diversos temas. Trabajos teóricos acabados, otros en pleno desa-
           rrollo y algunos apenas esbozados; planes y esquemas de trabajo con tachaduras
           y enmiendas; sof sticados instrumentos conceptuales de probada efectividad
           junto a otros de dudosa utilidad.
              Debemos  hacernos  cargo  colectivamente  de  ese  desmesurado  e  incon-
           cluso programa de investigación con una lectura crítica, dinámica y abierta.
           Reconociendo  que,  en  ese  corpus  textual  de  indudable  coherencia,  existen
           también vacilaciones y aporías, muchas de las cuales dieron pie a las interpre-
           taciones tan divergentes con las que hoy nos encontramos. Si es cierto que “un
           pensamiento se traiciona con las traiciones que suscita, y esto indica terrenos
           en los que serle f el es aprender a resistirlo”, como dijo Isabelle Stengers, la f de-
           lidad a Marx implica atreverse a contradecirlo. Y esto es lo que hace Miguel,
           con la justa dosis de respeto e irreverencia que merece nuestro más capaz y
           antiguo compañero, cuando se ref ere a los errores y distorsiones generados
           por la utilización del concepto de “necesidad histórica”, la insistencia unilateral
           en el desarrollo de las fuerzas productivas y el determinismo tecnológico o las
           ilusiones en el progreso, indicando que una consecuencia de todo ello fue la
           descalif cación de formas de propiedad y producción colectivas/comunes. Me
           permito ilustrar esto con tres ejemplos.
              Uno de ellos, el desprecio de los bolcheviques a la revitalización de la
           obshchina a pesar de que tras la revolución la inmensa mayoría de las tierras
           ocupadas fueron puestas por los campesinos bajo el régimen comunal, que
           evitaba la mercantilización del suelo. A despecho de esta realidad, igno-
           rando que el mismo Marx había escrito que la obshchina podía ser “el punto
           de apoyo para la regeneración social de Rusia” y a pesar de los documen-
           tados informes del neopopulista Chayanov sobre las “unidades de produc-
           ción  doméstica  campesinas”,  se  intentó  colectivizar  por  la  fuerza,  como
           si todos ellos fueran capitalistas en potencia. Lenin (al final de su vida) y
           Bujarin parecen haber prestado alguna atención a Chayanov, pero Stalin lo
           hizo fusilar.

                                           20
   16   17   18   19   20   21   22   23   24   25   26