Page 24 - Marx Populi
P. 24

Prólogo


           es la historia de la lucha de clases” y que “la emancipación de los trabajadores
           será obra de los trabajadores mismos”, así como también la concepción de que
           el orden del capital no puede ser subvertido mediante una “guerra de guerri-
           llas” reivindicativa, sino aprendiendo a articular las luchas de clases reivindica-
           tivo-defensivas con otra clase de lucha de clases: la que debe desplegarse como
           confrontación estratégica contra el capital y sus personif caciones, estimulando
           la autoactividad y autoorganización revolucionaria del proletariado.
              Una  vez  más,  encontramos  en  Marx  tensiones  o  equivocaciones,  pero
           también capacidad de corregirse, plantear dudas y sugerir “pistas alternativas”.
           Creo que esto guarda relación con la adopción (desde las célebres Tesis sobre
           Feuerbach) de un enfoque genuinamente revolucionario de las relaciones entre
           la práctica, la teoría y el mundo. Lo que puede también decirse invirtiendo la
           frase: formula una nueva perspectiva teórico-práctica completamente orien-
           tada hacia la revolución y el comunismo. La búsqueda de un conocimiento
           no especulativo ni contemplativo es indisociable de la praxis, que incluye un
           componente ideal y volitivo. Además, la praxis político-subversiva es acciden-
           tada, contradictoria y sujeta a rectif caciones. Forjamos insumos intelectuales
           para la acción, pero debemos saber que estas ideas, hipótesis y proyectos son
           necesariamente limitados y condicionales, y que en algún momento pueden
           convertirse en obstáculos de la acción colectiva. Por eso nuestro marxismo no
           pretende dominar las prácticas sociales, sino ayudar a liberarlas para establecer
           con ellas nuevas y superiores formas de recíproca colaboración y rectif cación.
              Goethe supo escribir: “Toda teoría es gris, amigo, pero verde es el árbol de
           la vida”. Marx, que lo admiraba, opinaba en cuanto a esto exactamente de la
           misma manera que el autor del Fausto.
           Repensar el marxismo ¿cómo y con quiénes?

              Resta un último punto: ¿Cómo y con quiénes se debe asumir el desafío de
           repensar o reinventar el marxismo? En primer lugar, asumiendo que no se trata
           de “formatear” la contradictoria y heterogénea tradición marxista para conver-
           tirla en una corriente teórica más “normal”, sujeta a cánones académicos, apta
           para  ofrecer  insumos  a  las  izquierdas  institucionalizadas;  domesticada  para
           ponerse a tono con el progresismo que añora las supuestas bondades del “capi-
           talismo normal”. Esa “normalidad” que se pregona y nos intentan imponer
           es indisociable de la colonialidad del poder y del saber. Debemos tratar de
           avanzar a contramano del posibilismo y la Realpolitik, asumiendo un realismo
           revolucionario tan irreductible a la normatividad sistémica, como modesto y
           dialógico en relación con las culturas y saberes invisibilizados y ninguneados
           por las clases dominantes y su Estado. Reconociendo que nuestros compa-
           ñeros están prioritariamente en esas “otredades” humilladas y marginadas, que
           son las comunidades de pueblos originarios, los colectivos de lucha contra el


                                           23
   19   20   21   22   23   24   25   26   27   28   29