Page 165 - Marx Populi
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Miguel Mazzeo - Marx populi
podemos ubicar en la encrucijada de la colocación estructural de la clase
y el instante de su revelación; o que, siguiendo a Roque Dalton, podemos
considerar como culpable de la esperanza y responsable entre los responsa-
bles de la felicidad que sigue caminando.
Como se puede apreciar, poseemos algunas certezas respecto de los sentidos
del marxismo, pero ¿es posible diferenciar estos sentidos ya trazados de los
sentidos que puede y debe producir? En este aspecto, los interrogantes son
urgentes y desgarradores y giran en torno a las posibilidades del marxismo a la
hora de suministrar un rumbo, de darle un nombre común a una pluralidad
de luchas y praxis; en f n, de construir realidades simbólicas y materiales y de
unif car lo que está disperso. ¿Quién le pondrá nombre al nuevo fantasma?
¿Quién le otorgará consistencia histórica y política para sacarlo de la condición
espectral? ¿Quién le asignará una tarea redentora que esté implícita en su ser,
en su potentia? ¿Quién pondrá en evidencia la dignidad de su condición y su
faena? ¿Quién escribirá el Manif esto comunista del siglo xxi? Quién y cómo.
Quiénes y cómo. No lo sabemos. De seguro no servirá replicar a Marx a pie
juntillas. Habrá que partir de él, para reinventarlo y producir colectivamente
un momento (o todo un ciclo) de def niciones instituyentes.
Somos conscientes del exceso de expresiones desiderativas en el que
hemos incurrido a lo largo de este ensayo. Es probable que todo este cúmulo
de deseos resulte desmesurado. En un mundo tan vacío de sueños, tan sin
ansias de paraísos (en la tierra); en un tiempo donde las formas dominantes
del poder tienden a imponerse sin resistencias (incluso al interior de los espa-
cios dizque “transformadores”, o “revolucionarios”), no cabe otra actitud que
apelar a la desmesura y trabajar para que el sobrante retorne por el lado de
la lucha popular.
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