Page 161 - Marx Populi
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Mi guel M azzeo -  M ar x po puli
                                 Miguel Mazzeo - Marx populi

           de la Historia crítica de la teoría de la plusvalía. De este modo, el marxismo
           mantendrá una relación vital con la realidad. En nuestra realidad capitalista
           periférica abundan las situaciones y los elementos que nos convocan a la resig-
           nif cación del marxismo.
              En su Marx, Lenin decía que el marxismo “señaló el camino para una investi-
           gación universal y completa del proceso de nacimiento, desarrollo y decadencia
           de las formaciones sociales y económicas, examinando el conjunto de todas las
           tendencias contradictorias […], eliminando el subjetivismo y la arbitrariedad
           en la elección de las diversas ideas ‘dominantes’ o en su interpretación”.
              ¿Existe una visión que suministre un cuadro más completo y una interpre-
           tación más rigurosa del capitalismo como sistema productor de “mediaciones
           alienadas” y que ponga en evidencia los efectos de estas en nuestras realidades
           cotidianas? Nos referimos a los fundamentos del capitalismo que están presentes
           desde sus orígenes. Muchas cosas han cambiado desde los tiempos de Marx,
           pero las lógicas sistémicas del capitalismo son las mismas que él supo desen-
           trañar. Es más, han adquirido facetas cada vez más agobiantes. Habitamos un
           mundo cada vez más orwelliano. Por eso mismo el marxismo conserva intactas
           sus facultades para instaurar nuevas perspectivas y para detectar el lado oculto
           de las cosas y las circunstancias.
              ¿Qué corpus teórico más o menos homogéneo y coherente nos ofrece tantos
           recursos como el marxismo a la hora de comprender al capital como poder de
           dominación y opresión al tiempo que nos propone una denuncia desde un
           sólido emplazamiento ético? ¿Disponemos de un saber más preclaro a la hora
           de comprender los fundamentos de un sistema generador de pulsión de muerte,
           productor  y  reproductor  de  fantasías  insatisfactorias  y  oscuras?  ¿Contamos
           acaso con una visión alternativa que desenmascare con tanto vigor y claridad
           la esencia lúgubre y sádica de las clases dominantes? ¿Existe una visión que
           nos conf rme de manera más certera el carácter incompleto del mundo, su
           condición de problema radical y la necesidad de reconstruirlo colectivamente?
           ¿Existe una “brújula” más apta para evitar la confusión entre sujeto y predi-
           cado? El marxismo nos coloca frente a frente con la realidad multidimensional
           que padecemos, cara a cara con la explotación material, la alienación política,
           la dominación, la paranoización, la des-subjetivización. Entonces, el sentido
           del marxismo es principalmente ético-político.
              En tiempos de proliferación de “derivados” y de auge de las formas más
           fetichistas  del  capital;  en  tiempos  signados  por  la  informalización  de  la
           producción, el trabajo y la vida; en tiempos en que el capital busca conso-
           lidar y extender su dominio sobre el trabajo, las comunidades, los recursos
           naturales, los bienes comunes y los Estados; en tiempos en que una derecha
           globalizada gana posiciones en la dirección ideológica de las sociedades; en
           un mundo en que cada vez más personas capitulan ante el rigor de fuerzas


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