Page 149 - Marx Populi
P. 149

Mi guel M azzeo -  M ar x po puli
                                 Miguel Mazzeo - Marx populi

              Luego, estas formas ejercen una función “pedagógica social”. Por cierto,
           no existe sistema económico que no ejerza de alguna manera esta función. El
           capitalismo desarrolla directa e indirectamente su escuela deshumanizadora, en
           todos los terrenos imaginables y con proliferación de automatismos.
              Entonces, las formas de propiedad y producción alternativas instituyen, a
           veces de forma deliberada y con f nes ejemplarizadores, praxis funcionales a los
           sistemas económicos populares alternativos al capitalismo basadas en la auto-
           nomía de la gestión, la decisión democrática, entre otras. Marx, por ejemplo,
           le reconocía esta función a las cooperativas. Para él eran experiencias sociales
           que mostraban cómo la moderna producción podía prescindir de una clase de
           patrones. Pero consideraba que se trataba de esfuerzos particulares y aislados
           de la clase trabajadora, sin capacidad de contrarrestar el crecimiento en progre-
           sión geométrica de los monopolios. Marx no desechaba la posibilidad de que
           las cooperativas alcanzaran un nivel de desarrollo nacional, pero insistía en la
           necesidad de articular su desarrollo con las luchas políticas.
              Estas formas incentivan el asociativismo desde abajo, la iniciativa popular
           y las formas de subjetivación crítica del mercado, promueven la distribución
           primaria y secundaria del ingreso, alientan la democratización de los medios
           de producción. Al mismo tiempo, permiten el desarrollo de una ética de la
           responsabilidad y del bien común. Ponen en tensión la dinámica del modo
           de producción dominante.
              En los espacios auspiciados por estas formas se hace explícita la apuesta
           por un universal concreto que abona un proyecto civilizatorio alternativo. No
           importa tanto la escala o el carácter restringido de las acciones cuando poseen
           alguna  capacidad  pref gurativa.  Lejos  de  la  decodif cación  determinista  del
           marxismo dogmático, que considera que la desaparición de la formación social
           capitalista está atada al desarrollo de todas las fuerzas productivas que caben en
           ella, estas formas contribuyen a crear las condiciones materiales para el desa-
           rrollo de nuevas y “más altas” relaciones de producción.
              Finalmente, la importancia “estratégica” de estas formas se relaciona con
           una condición del capitalismo: la socialización de la producción no implica
           una socialización de los seres humanos, por lo menos no una socialización
           en un sentido autoemancipador, sí una socialización burguesa. Esto es: un
           avance inédito del mercado sobre el mundo material, una colonización de
           las superestructuras y las representaciones de la clase trabajadora por parte
           del capital.
              Es  más,  creemos  que  existe  suf ciente  evidencia  para  af rmar  que  en
           las  últimas  décadas  estas  tendencias  marcharon  a  pasos  agigantados  en
           sentidos opuestos. El proceso histórico contradice abiertamente el pronós-
           tico  marxista  que  establecía  que  la  creciente  concentración  del  capital  y
           el desarrollo de la gran industria –los mecanismos del mismo proceso de

                                          148
                                          148
   144   145   146   147   148   149   150   151   152   153   154