Page 144 - Marx Populi
P. 144

La Revolución Rusa y sus derivas


              Poco tiempo después de la muerte de Lenin, se inició la apología despejada
           del dogmatismo. En lugar de hacer la revolución, el deber de todo marxista
           pasó a ser defender el dogma de Marx a cualquier precio. Inevitablemente,
           el  marxismo  se  degradó  a  la  condición  de  revestimiento  cosmético.  Existe
           una estricta correlación entre dogmatismo y decadencia del marxismo, entre
           las  ortodoxias  y  los  catecismos  simplif cados.  Por  todo  eso  el  marxismo  se
           desarrolló menos en los países “marxistas”, con la excepción de Cuba en los
           momentos en que estuvo menos expuesta a la inf uencia soviética. El marxismo
           estatizado, devenido retórica of cial, nunca fue prolíf co. Tendió a ser trivial,
           éticamente hueco, desprovisto de competencias intelectualmente seductoras.
              Los socialismos reales se delinearon, en mayor o en menor medida, como
           sociedades  burocratizadas  hasta  los  tuétanos  que  produjeron  sujetos  pesi-
           mistas y/o cínicos. En la mayoría de los casos, después de los fervores iniciales,
           se fue tornando inviable una identif cación entre el Estado (el gobierno y el
           partido) y la comunidad. La estrategia comenzó a considerar a la ética un
           lastre demasiado pesado y la arrojó por la borda. La ef cacia se deshizo del
           amor, el poder del valor.
              En el caso puntual de la Revolución Rusa, el vanguardismo de los primeros
           años cedió ante el tradicionalismo y la tecnocracia, la dirección colegiada cedió
           a la dirección única. Otro tanto ocurrió en un sinfín de órdenes: los impulsos
           democratizadores y la libertad revolucionaria (el control obrero, las socializa-
           ciones espontáneas y desde abajo) fueron reemplazados por los nuevos blindajes
           institucionales autoritarios y centralizadores; el ejército del pueblo y las mili-
           cias populares, por el ejército profesional y burocrático; el internacionalismo
           proletario,  por  el  nacionalismo  soviético  (reedición  del  nacionalismo  gran
           ruso). Los intentos de los y las bolcheviques por disolver la familia patriarcal,
           liberar a las mujeres de la violencia machista y por minar las posiciones de la
           Iglesia se fueron mitigando hasta dar cabida a la prohibición del aborto y a la
           exaltación estalinista de la maternidad. En 1930 dejó de funcionar def nitiva-
           mente el Departamento de Mujeres del Secretariado del Comité Central del
           Partido Comunista de la Unión Soviética, que había sido creado por Alejandra
           Kollantai e Inessa Armand.
              De  la  no  interferencia  del  Estado  y  la  sociedad  en  asuntos  sexuales,  de
           las propuestas iniciales de una “nueva sexualidad” se pasó a la estigmatiza-
           ción y persecución de las personas LGBT. El expresionismo vanguardista no
           pudo resistir los embates estatales del realismo socialista. La concepción jurí-
           dica libertaria de Eugeny Pashukanis, plasmada en Teoría general del derecho y
           marxismo, inf uyó durante un tiempo fugaz, pero prontamente fue sustituida
           por la “ideología de la legalidad soviética” de Andrei Vyshinski. Los lenguajes
           poéticos y metafóricos menguaron ante los lenguajes prosaicos. Los artistas e
           intelectuales fueron reemplazados por los “ingenieros del alma”. El optimismo
           vitalista cedió a la angustia ante la muerte. Las instituciones revolucionarias de

                                          143
                                          143
   139   140   141   142   143   144   145   146   147   148   149