Page 27 - Carabobo Bajo Palabra
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carabobo bajo Palabra 27
sobre los montes y de allí desciende
al campo de Junín, y ardiendo en ira,
los numerosos escuadrones mira,
que el odiado pendón de España arbolan,
y en crispado morrión y peto armada,
cual amazona fiera,
se mezcla entre las filas la primera
de todos los guerreros,
y a combatir con ellos se adelanta,
triunfa con ellos y sus triunfos canta .
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La poesía, pues, desciende al campo de batalla, «arde en ira», se con-
vierte en «fiera amazona», combate, triunfa y luego, canta el triunfo. Es
la poesía escrita en los tiempos mismos de la independencia, al fragor
de la guerra. Pero mientras aparezca un Olmedo o un Bello, las letras no
dejan de combatir, de estar presentes. Los pasquines abundan, las hojas
sueltas vuelan, los carteles asaltan paredes y troncos de árboles, el pan-
fleto pasa de mano en mano y el periódico es la tribuna de los bardos.
El verso, la estrofa, la métrica y la rima se fijan mejor en la memoria y
viajan de boca en boca y de villa en villorrio y caserío.
Los partes de guerra andan y llegan en la prosa, pero es difícil me-
morizar estos escritos y urge que se conozcan las victorias y hazañas.
La copla está allí, al alcance de la mano y de las mentes. Para grabarla
en el cerebro ni siquiera es necesario saber leer y escribir. En ayuda de
los oyentes acuden la métrica y la rima. Los arrieros, los baquianos,
los juglares, guías y copleros se encargan de que el cuarteto o la dé-
cima se esparzan por montes y llanuras, pueblos y ciudades, como el
polen llevado por el viento o pegado a los insectos. No es nada nue-
vo. Ya don Andrés Bello nos recuerda cómo se preservó la memoria
[9]_ José Joaquín Olmedo, «Victoria de Junín», en Emilio Carilla, ob cit., p. 9.