Page 31 - Carabobo Bajo Palabra
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carabobo bajo Palabra 31
Tirteos. De allí en lo adelante Carabobo, Junín y Ayacucho, necesitarán
cantores épicos de la talla de Olmedo .
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Antes, durante y después de la independencia batallaron las letras.
Machado nos trae un soneto de aquellos años posteriores y cercanos a
la batalla. El vicepresidente de Colombia, Santander, en un banquete
que brindaba en honor a Carabobo, escuchó un poema recitado por
el doctor Francisco de Urquinaona. Machado no entrega fecha ni más
datos sobre el evento. Declamó el bardo:
El sangriento laurel que un día adornaba
del bárbaro español la impura frente
de pura libertad la llama ardiente
en Carabobo vio despedazada.
El pendón de la patria tremolaba,
i el monstruo de la Iberia tarde siente
que todo pliega ante la luz naciente
que su efímera gloria terminaba.
Contempla el colombiano enajenado
fulgente el astro de glorioso día
i a impulso del placer arrebatado
exclama lleno de gozo y alegría:
¿Es Bolívar un Dios? Si es un hombre,
respeta, tiempo, tan augusto nombre .
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Poesía impregnada por ese trance del neoclasicismo al romanticismo.
Poesía de lauros y laureles. El tiempo nos aleja del campo de batalla,
pero se sigue cantando a una épica que entró a la posteridad. Carabobo
[14]_ José E. Machado, ob. cit., p. 27.
[15]_ Ibid., p. 98.