Page 60 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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marítima para sus intercambios, ya fuera usando embarcaciones de alto
bordo, capaces de viajar por mar abierto, o utilizando “chatas”, falúas
y pequeñas naves adecuadas para el comercio de cabotaje, que viajaban
bordeando la costa. En su mayor parte, esas embarcaciones habían sido
construidas en los astilleros de Guayaquil, aprovechando la abundancia
de maderas de esa región y la excelente ingeniería naval guayaquileña,
que aunaba los conocimientos técnicos indígenas y los españoles. Y la
actividad de ese astillero fue tal que, a mediados del siglo XVIII, Gua-
yaquil poseía ya una notable flota mercante, así como todo un complejo
sistema mercantil-naval, integrado por armadores, maestres, tripulan-
tes, prácticos, aviadores, consignatarios, guardiamarinas, oficiales de
aduanas, estibadores, etc.
Entre los empresarios navieros, en el rango de grandes y medianos
figuraban 28 personas, que, en conjunto, poseían una flota de alrededor
de 40 barcos. Entre ellos estaban Jacinto Bejarano, Antonio Navarrete,
Domingo Vásquez, Juan Casilari, Manuel de Puga, José Alcívar, José
Ostolaza, Martín Iturralde, Domingo Zeleta, Martín Izaguirre, Vicente
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Escudero, Anselmo Ollague, Simón Maltés y Juan de Mendiburu ; a
ello cabe agregarse una treintena de pequeños empresarios, que poseían
un número igual de chatas y balsas de cabotaje, que viajaban desde la
costa quiteña hacia los puertos del norte peruano y del Chocó .
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Usando su flota mercante, Guayaquil exportaba hacia el Perú una
variedad de productos propios y otros provenientes del interior del
país, entre los cuales figuraban maderas para construcción y ebaniste-
ría, catres, bateas, crucifijos, rosarios, cedazos, piedra pómez, balaustres,
[16]_ Ibidem, cuadro XXVI, pp. 290-291.
[17]_ Los comerciantes limeños participaban también regularmente en el tráfico
mercantil guayaquileño, por medio de corresponsales locales a los que consignaban
sus envíos.