Page 81 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
P. 81

Si quisiéramos establecer una comparación: en Brasil, el gobierno
              de Dilma trató de defenderse solamente en los espacios institucio-
              nales. Nunca se preocupó por apoyar o incentivar la lucha de cla-
              ses con la movilización en las calles. Los movimientos populares la
              defendimos solitos... y el resultado está a la vista. Sus pretendidos
              aliados institucionales la traicionaron y la derrotaron.
                También cuenta para la correlación de fuerzas la existencia, en Vene-
              zuela y Bolivia, de fuerzas armadas –o sectores mayoritarios de ellas–
              que son nacionalistas, bolivarianos, antiimperialistas, y sus miembros
              originarios de extracción popular. En el caso de Brasil, tenemos a la
              Marina y la Aeronáutica conformadas únicamente por personas de las
              élites, que ideológicamente se comportan en función de sus intereses
              de clase. Pero tanto Venezuela como Bolivia enfrentan problemas es-
              tructurales de su economía, que dificultan avanzar en proyectos más
              avanzados, sean de liberación nacional, antiimperialistas o, aún más,
              si se pretenden poscapitalistas. No tienen un parque industrial desarro-
              llado que permita producir a nivel nacional los bienes necesarios para
              atender las necesidades objetivas de la población, sea de alimentos,
              vestuario, muebles o utensilios en general.
                Desarrollar un proceso de industrialización de una economía lle-
              va décadas. Chávez tenía claro cómo utilizar la renta petrolera para
              hacer esa inflexión en la economía. Estaba intentando, pero ver los
              resultados lleva tiempo. Tuvo que empezar por la solución de los pro-
              blemas sociales, luego avanzó en la construcción de una infraestruc-
              tura básica social, y ahora en Venezuela están en la etapa de formar
              una nueva industria.
                Lo mismo pasa en Bolivia, que es muy dependiente de las econo-
              mías argentina y brasileña, de sus hidrocarburos.
                De allí la importancia de la visión histórica de Chávez, quien plan-
              teó que, en Nuestra América, modos de producción más avanzados
              dependerían de una integración económica y popular entre todos
              los países de América del Sur y luego de toda Latinoamérica. De esa
              necesidad surge la idea de construir espacios comunes continen-
              tales en la economía, con liberación del territorio para el intercam-
              bio de materias primas, de petróleo, minería, energía eléctrica. Y la
              creación de una moneda común, que él propuso que fuera el Sucre.
              En el plano político, esa integración se realizaría a través del ALBA
              y la CELAC. La idea de Chávez era avanzar del Mercosur hacia un
              gran mercado común de la Unasur, para defenderse de los imperios
              estadounidense y europeo y de sus empresas transnacionales que
              disputan nuestros mercados.


                                                                         81
   76   77   78   79   80   81   82   83   84   85   86