Page 80 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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y los gobiernos atados a sus programas sociales y de redistribución
de renta. Los movimientos populares debemos retomar nuestra au-
tonomía, nuestra independencia de clase, entender que sólo la lu-
cha de masas altera la correlación de fuerzas en la sociedad y en
la gestión del Estado, sea quien fuera que lo ocupe, y que sólo la
lucha eleva el nivel de consciencia de las masas. Al interior de los
movimientos, debemos dedicarnos a la formación de cuadros y de
militantes, que son la columna vertebral de cualquier proceso orga-
nizativo de la clase.
Venezuela, y aún más Bolivia, se muestran más resistentes que
lo que resultaron los gobiernos en Argentina o Brasil. Usted di-
ferencia proyectos del ALBA de proyectos neodesarrollistas. ¿Esa
diferencia explica que haya gran apoyo popular en los primeros
casos y menos apoyo en los segundos?
Bueno, lo que ocurrió con los gobiernos de corte neodesarrollista
como Argentina y Brasil fue muy distinto a lo que sucedió con Bo-
livia y Venezuela. En estos últimos países hay sólo una burguesía
compradora, mercantil, al contrario de Argentina y Brasil que cuen-
tan con burguesías industriales y latifundistas, más fuertes, más
consolidadas como burguesías locales y en sus alianzas con la bur-
guesía internacional de Estados Unidos y Europa. Así, en los casos
de Bolivia y Venezuela la administración de un gobierno popular,
aunque el Estado sea burgués, se facilita para controlar a ese tipo
de burguesías que acumulan sólo en la esfera del comercio, de las
importaciones y exportaciones.
Además, hay una tradición de luchas populares mayores. No es
casual que en Venezuela y Bolivia los gobiernos ganaran las elec-
ciones en un contexto de desmoralización de los partidos de la de-
recha, pero también en un ambiente de reascenso del movimiento
de masas. Esos dos gobiernos tienen una identidad e interlocución
permanente con las organizaciones de masas. El pueblo participa ac-
tivamente de esos procesos, y a veces también los critica, como fue
el caso del aumento del precio de la gasolina en Bolivia, entonces
el pueblo fue a la calle y obligó al gobierno a cambiar la política. O
como sucedió con procesos electorales, lo que se ha llamado voto
castigo a los gobiernos. Las masas tienen consciencia del proyecto
del que participa el gobierno, pero no aceptan comportamientos o
errores como la corrupción, o cuando miembros de esos gobiernos
se comportan sin priorizar las soluciones a los problemas del pueblo.
En esos casos, el estímulo a la participación popular por parte de los
gobiernos es lo que los salvó.
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