Page 73 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
P. 73
des para obtener iguales niveles de ingresos para el país. Una segun-
da vertiente crítica viene del keynesianismo de izquierda. El proble-
ma habría sido que frente a las dificultades se respondió con políticas
fiscales y monetarias restrictivas en vez de expansivas.
No es posible en el espacio que tenemos refutar tales argumentos.
Tan sólo vamos a proponer un análisis desde una perspectiva diferente.
El problema crucial
El nudo central que todo proyecto progresista debe desatar en materia
económica, en la periferia del capitalismo, lo definió Michal Kalecki
en 1966 en los siguientes términos: “El problema crucial de los paí-
ses subdesarrollados es el aumento considerable de la inversión, no
para generar demanda efectiva –como es el caso en una economía
desarrollada pero con desempleo– sino para acelerar la expansión
de la capacidad productiva indispensable para el rápido crecimiento
del ingreso nacional”. Por eso, el “gran debate” sobre los rumbos de
la Rusia soviética en los años veinte giró en torno al problema de la
“acumulación originaria socialista” para industrializar el país. Salvan-
do las distancias, los progresismos, en cualquiera de sus variantes,
tienen un desafío similar: ¿de dónde extraer excedentes para invertir
en aumento de la producción y productividad?; al que hay que agre-
garle en nuestro caso otro más: ¿hay condiciones políticas en el juego
democrático para realizarlo?
Con la desaparición de la URSS en 1991, al grueso de los países en
desarrollo no les han quedado muchas alternativas. Hoy en día, todas
ellas tienen que pasar por alguna relación con el mercado capitalista
global, vía el comercio exterior, obteniendo financiamiento interna-
cional, atrayendo inversiones extranjeras directas o para la adquisi-
ción de tecnologías.
Es así que una de las estrategias del progresismo apuntó a capturar
excedentes que provenían del comercio exterior. Eso hicieron los países
que reformaron los modelos de explotación de sus sectores extractivis-
tas y primario exportadores para que el Estado nacional se quedara con
una parte mayor de la renta. No siempre fue fácil. El gobierno argentino
de Cristina Fernández enfrentó una tenaz oposición de la derecha polí-
tica, la oligarquía agraria y a los que se unieron hasta algunos sectores
populares cuando aumentó las retenciones sobre exportaciones agrí-
colas (por si faltaran signos de que son proyectos contrapuestos, en su
primer día de gobierno Mauricio Macri revirtió esa medida).
Técnicamente hablando, habría también condiciones de extraer ex-
cedentes de la renta y el patrimonio de los sectores burgueses y oligár-
73