Page 58 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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portancia al tema económico. Cuando uno es gestión de gobierno,
            cuando uno se vuelve Estado, la economía es decisiva, y no siempre
            los gobiernos progresistas y los líderes revolucionarios han asumido
            su importancia decisiva. En la economía nos jugamos nuestro desti-
            no como gobiernos progresistas y revolucionarios. Si no están esas
            condiciones necesarias, cualquier discurso, por muy seductor, por
            muy esperanzador que sea, se diluye ante la base económica.
             Algunos de los gobiernos progresistas y revolucionarios han adop-
            tado  medidas  que  han afectado  al  bloque revolucionario,  poten-
            ciando al bloque conservador. Ciertamente que un gobierno debe
            gobernar para todos, es la clave del Estado. ¿Cómo moverse en la
            dualidad: gobernar para todos, pero en primer lugar, por siempre,
            como dice la Iglesia Católica de base, tomando una opción prefe-
            rencial, prioritaria por los trabajadores, por los pobladores, por los
            campesinos? No puede haber ningún tipo de política económica que
            deje de lado a lo popular. Cuando se hace eso, creyendo que se va a
            ganar el apoyo de la derecha, o a neutralizarla, se comete un error,
            porque la derecha nunca es leal. A los sectores empresariales los
            podemos neutralizar, pero nunca van a estar de nuestro lado. Y va-
            mos a neutralizarlos siempre y cuando vean que lo popular es fuerte
            y movilizado. En cuanto noten que lo popular es débil, los sectores
            empresariales no van a dudar un solo instante para levantar la mano
            y clavar un puñal a los gobiernos progresistas y revolucionarios.
             Hay quienes dicen desde el lado de una supuesta izquierda que el
            problema fue que los gobiernos progresistas no tomaron medidas
            más duras de socialización y de levantar el comunismo y de acabar
            con el mercado y disolverlo, como si el problema fuera un tema de
            voluntad o de decreto. Se puede sacar un decreto que diga que no
            hay mercado, sin embargo, el mercado va a seguir. Creación de ca-
            pacidad económica, creación de capacidad asociativa productiva de
            los sectores subalternos, esa es la clave que va a decidir a futuro la
            posibilidad de pasar de un posneoliberalismo a un poscapitalismo.

            2.  El  segundo  problema  que  estamos  enfrentando  los  gobiernos
            progresistas es la redistribución de riqueza sin politización social.
            ¿Qué significa esto? La mayor parte de nuestras medidas han favo-
            recido a las clases subalternas. En el caso de Bolivia, el veinte por
            ciento de los bolivianos ha pasado a las clases medias en menos de
            diez años. Hay una ampliación del sector medio, de la capacidad
            de consumo de los trabajadores, hay una ampliación de derechos
            necesarios, si no, no seríamos un gobierno progresista y revolucio-
            nario. Pero si esta ampliación de capacidad de consumo, si esta

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