Page 168 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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gónico”, que se vale de la forma-partido para organizarse, pero no
            exclusivamente. Sin que dejen de estar atravesados por las viejas
            lógicas clientelares y sectarias, el chavismo promueve la creación
            de espacios como los consejos comunales y las Comunas, llamados
            a servir de asiento a una política de los comunes, y que propenden
            a crear las condiciones que hagan posible el autogobierno popular.
             Es necesario recordar, como señala Tinker Salas, que “la industria
            petrolera  y su nuevo orden social nunca reemplazaron completa-
            mente la forma de vida tradicional venezolana. Aún en su auge, la
            moderna industria petrolera sólo empleó una pequeña fracción de la
            población… La presencia de una población relativamente empobre-
            cida fue un constante recuerdo de que había dos Venezuelas: una
            que se beneficiaba directamente del petróleo y otra que sobrevivió
            en gran parte a la sombra de la industria”.
            A pesar de todo el esfuerzo que las elites y la mayoría de la clase
            media hacen por negarla o encubrirla, no es posible concebir una
            Venezuela  sin  la  otra.  La  Venezuela  excluida  y  explotada  no  es
            una rémora del modo de vida civilizado, sino su consecuencia.
            El colapso del “estilo de vida petrolero” y del imaginario político
            adeco prepara el terreno para la insurgencia del chavismo, que no
            es más que la resultante del proceso de subjetivación política de
            la “otra” Venezuela.
































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