Page 160 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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reconstitución” en el que se da un reflujo, que comenzó “al cerrar-
            se el proceso constituyente” (fines de 2008).
             En palabras de Juan Carlos Pinto, el análisis de lo que vendría en
            2010 plantea “un progresivo desgaste del pacto estructural entre
            las organizaciones sociales y el Estado Plurinacional”. Según mu-
            chos de los balances de compañeros críticos pero comprometidos
            con el proceso, entre el cierre de la etapa constituyente hasta 2011
            asistimos a un reflujo, a una atenuación del proceso de cambio, a
            una etapa de fisuras en el bloque de poder en el gobierno y de pro-
            gresivo desgaste estructural.
             Desde 2010-2011 vivimos en este escenario en el que implosio-
            nan las contradicciones internas. Los hitos del “gasolinazo” y el ma-
            nejo político del conflicto del TIPNIS se manifiestan como síntomas
            claros del tránsito a lo que Puente llama “la tercera fase dialéctica
            de los dos mil días”. Si a esto se le suma un factor esencial, como
            es la aprobación de las cinco leyes fundamentales que iniciaban un
            tipo de construcción institucional del Estado Plurinacional, parece-
            ría que esta etapa fue consolidando de manera mucho más clara la
            época. La reflexión de Pinto nos alumbra este aspecto central: “La
            etapa en la que vivimos corresponde a la institucionalidad estatal”,
            elemento regresivo general que tiende a mover todo el proceso ha-
            cia sus aspectos más conservadores.
             El punto central del proceso que analizamos es que a la vez que
            se abren las contradicciones internas se consolidan las tendencias
            estatalistas pragmáticas, y todo en un momento de acumulación de
            contradicciones políticas. No es posible leer esta coyuntura de forma
            abstracta como una quinta etapa del proceso de cambio, como el
            surgimiento abstracto de contradicciones creativas. “La relación en-
            tre el Estado Plurinacional y las organizaciones sociales no se estaba
            definiendo en los términos de ‘tensiones creativas’ sino más bien el
            Estado estaba subsumiendo a las dirigencias”, reflexiona Pinto. Entre
            2009 y 2011 se han decantado tendencias que hoy sólo se profundi-
            zan, de una etapa regresiva por no contrarrestar políticamente tanto
            las tendencias regresivas de la construcción del Estado como por no
            conducir políticamente los éxitos económicos descritos.
             Insistiendo en la relación específica de lo que pasaba en la rela-
            ción del “instrumento político” con el Estado, en palabras de Pinto
            “la conclusión parece apuntar a que el Estado no puede ni debe
            asumir la tentación de absolutizar su poder. El instrumento político
            exitoso en las urnas, en realidad, se fue vaciando de contenido po-
            lítico revolucionario y se limitó a sostener el ‘evismo’, se convirtió


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