Page 158 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
P. 158

economicista– como los aspectos políticos de un proyecto como
            el que veníamos construyendo de creciente proceso de desmo-
            nopolización de la política y del poder, y de construcción de ma-
            yores trechos de autogobierno y autoorganización. No tiene que
            ser necesariamente así, que la economía sea contradictoria con
            la política, pero parecería que se fueron tomando decisiones po-
            líticas entre 2010 y 2011 que fueron definiendo la balanza hacia
            esta perspectiva, la de convertir un modelo económico provisio-
            nal en permanente y quitarle prioridad a la construcción de poder
            popular, sólo limitándose a pedir el voto en coyunturas electora-
            les. Puras lógicas liberales y maquinarias electorales.
             Veamos más en detalle : en 2005, el PBI era aproximadamente de
                                   2
            9.500 millones de dólares, y en 2013 pasó a unos 36.000 millones, o
            sea, un crecimiento de casi cuatro veces. El PBI creció en promedio
            5 por ciento entre 2005 y 2013. El superávit, en el mismo periodo, fue
            de 2 por ciento promedio, un logro enorme frente a cuarenta años
            de déficit crónico de la economía boliviana. Las reservas internacio-
            nales llegaron a ser el 50 por ciento del PBI en 2012, cuando en 2005
            representaban sólo un 13 por ciento de un PBI cuatro veces menor.
             La renta petrolera pasó de 673 millones de dólares en 2005 a 5.459
            millones en 2013, y la inversión pública, de 600 millones de dólares a
            2.874 millones. Es indudable la importancia de la construcción de una
            economía estable y en crecimiento, pero no se pudo articular esa bi-
            sagra con los aspectos políticos emancipatorios, de forma que empe-
            zaron a convertirse en mutuamente excluyentes. Debemos aplaudir
            que la pobreza extrema se haya reducido del 38,2 por ciento en 2005 a
            21,6 por ciento en 2012, con dos millones de personas saliendo de esa
            condición. Y que la pobreza moderada haya pasado, en el mismo pe-
            ríodo, del 60,6 al 45 por ciento. Pero estas proezas económicas traen
            tareas de mayor envergadura política y de mayor precisión estratégica
            que se fueron dejando de lado. Me refiero a la necesidad de conducir
            políticamente este proceso de transformaciones. En términos senci-
            llos: trabajo político en las clases populares para seguir construyendo
            el horizonte estratégico e incorporar contenido desde las bases a la
            “Democracia Intercultural”, el “Buen Vivir”, el “Socialismo Comunita-
            rio” y el “Estado Plurinacional”.
             Teníamos el reto de hacer un trabajo político de envergadura para
            que esos millones de personas que salieron de la pobreza e ingre-
            saron a las clases medias no acabaran creyendo que de lo que se
            trata es sólo de pagar poco por las tarifas e incrementar su consumo.

            2. Todos los datos de este acápite son sacados de Loza: 2014 y Paz: 2014.
           158
   153   154   155   156   157   158   159   160   161   162   163