Page 159 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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Más bien se ha reforzado, con el pragmatismo estatalista econo-
              micista, la adulación y despolitización de estos sectores en vez de
              hacer una labor de concientización y conducción política. Enton-
              ces, estos innegables logros económicos son los que, paradójica-
              mente, pueden sepultar el proceso por esta falta de trabajo políti-
              co, como parecería estar pasando en Argentina y Brasil.

              Balance significativo e importancia de la autocrítica
              Periodo 2006-2009. Lo que le dio fuerza a este proceso estatal fue
              la agenda que se construyó en décadas de lucha colectiva de ma-
              sas, en especial en el quinquenio de 2000 a 2005, sintetizada en
              dos  medidas: nacionalización de los hidrocarburos y Asamblea
              Constituyente, que se implementaron en los primeros cuatro me-
              ses. Claramente, estas dos medidas fueron las fundamentales del
              gobierno hasta hoy.
                Este es un período en el que el bloque de poder popular en el
              gobierno tiene ciertas limitaciones, poderes locales y ciudades
              importantes  controladas  por  la  oposición,  no  tiene  mayoría  en
              Congreso, etc. Esto dura hasta 2008-2009, cuando se viabiliza la
              Constituyente y los sectores conservadores pierden la capacidad
              de influir en la agenda política con la derrota político militar de
              septiembre de 2008 . Paradójicamente, ahí se inician también las
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              contradicciones internas en el bloque de poder.

              Periodo de rebote dialéctico y continuidad
              Los años 2009 y 2010 fueron claves. El balance está basado en coin-
              cidencias fundamentales con compañeros como Juan Carlos Pinto,
              Alfredo Rada y Rafael Puente, todos con altas funciones en el Estado
              (en el pasado y algunos también en el presente) pero –y más impor-
              tante– con una larga e intachable trayectoria de décadas de lucha.
                El interesante planteamiento del rebote dialéctico ayuda mucho
              a comprender la vinculación entre los éxitos de 2009 y la incapaci-
              dad de administrar esas victorias en una perspectiva emancipato-
              ria. Como plantea Puente, lo fundamental desde ese momento es
              la sensación de “sentimiento de poder total que resulta embriaga-
              dor”, pero precisamente por eso es que, dice, “por una parte los
              conflictos ya no son contra la oposición sino que se dan dentro del
              campo popular”.
                Alfredo Rada, actual viceministro de Coordinación con Movi-
              mientos Sociales, coincide en que hay un momento de “fisuras y

              3. Para consultar un análisis más detallado de este periodo ver Viaña: 2012, Viaña: 2014.
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